La temática “marginal” es muy común en la industria nacional, tanto en cine como en televisión. En algunos casos se hace bien, mostrándolo como una denuncia o alerta para la gente, así la misma toma conciencia de muchas problemáticas que a veces se quieren invisibilizar; y otras, patinando de mala forma, romantizando los conflictos. Veamos de qué lado se para El suplente.
La historia sigue a un profesor suplente que entra a trabajar a un colegio bastante marginal. Ganándose de a poco el respeto de sus alumnos, se va adentrando en la vida de ellos, intentando ayudarlos; mientras su vida personal parece ir más y más en picada.
La historia de un maestro que se involucra con sus alumnos, siendo estos de extractos sociales diferentes, que rozan la marginalidad, no es nada nuevo. De hecho, quizás la película más emblemática en este sentido sea Mentes Peligrosas, protagonizada por Michelle Pfeiffer y con la icónica canción de Coolio. Pero en esta ocasión, y para nuestra suerte, El suplente no busca imitar nada, y solo se parece en la temática.
Y esto lo decimos ya que tanto por el lenguaje, los nombres y el tono en sí, se nota bien nacional, sin querer copiar estilos extranjeros y explotando problemáticas nuestras. Esto lo aclaramos, porque en proyectos no muy lejanos de otros géneros, se buscaba darle un aire hollywoodense a la película pese a que era argentina, y el resultado final se veía rarísimo; porque pese a que querían hacer la trama cercana, no se sentía como tal.
A esto hay que sumarle las buenas actuaciones con las que cuenta el proyecto. De Juan Minujin poco se puede agregar, ya que todos sabemos que es de los mejores actores de nuestro cine. Pero si sorprenden los chicos que interpretan a los alumnos. Asumimos que la mayoría son actores noveles, pero sus interpretaciones son bastante convincentes, sin sobre exagerar la forma de hablar que se da en las zonas donde pasa la trama, algo bastante común en nuestra industria, y que por lo general queda bastante ridículo.
Pero para hablar un poco de lo malo, es que, si bien la historia se siente muy local, no deja de ser algo ya visto. Que una película se parezca a otra no tiene nada de malo, pero asombra como el cliché del “maestro que roza lo trabajador social” se repite al menos con dos o tres proyectos por año.
Además, tenemos que agregar que la película cuenta con varias sub tramas que no aportan nada, o no van a ningún lado. Suponemos que, en un formato de serie, dichos arcos argumentales hubieran enriquecido la historia; pero en un proyecto de hora y cuarenta, se siente que están por estar.
En definitiva, El suplente es una buena película. Pese a no ser para nada original, lo autóctona que se siente, y el buen hacer de todo el casting, la vuelve una recomendación segura si les gustan las cintas con temáticas sociales.