Probablemente la mejor película de la productora Blumhouse desde El hombre invisible.
Cuando Marvel le impidió a Scott Derrickson desarrollar la continuación de Doctor Strange que había concebido, el director abandonó el proyecto y volvió a sus fuentes artísticas con una producción de bajo presupuesto.
En esta oportunidad optó por adaptar el cuento de Joe Hill, “El teléfono negro”, que formó parte de su antología “20 Century Ghosts”, publicada en el 2007. Más que una propuesta clásica de horror el relato de Hill propone un thriller con elementos sobrenaturales, donde los casos policiales de asesinos seriales se fusionan de un modo macabro con la mitología de Hansel y Gretel.
Derrickson, quien optó por respetar el argumento original, elabora un film que tal vez no cuenta con grandes momentos aterradores pero captura la atención del público con el misterio que elabora y el desarrollo de los personajes principales.
Ethan Hawke, quien había protagonizado Sinister (uno de los títulos más recordados del director) compone un villano efectivo que resulta una bizarra mezcla de John Wayne Gacy (famoso criminal de los años ´70) con la bruja del mencionado cuento de los hermanos Grimm.
El modo en que captura a sus víctimas con una camioneta negra conecta al personaje con la famosa leyenda urbana europea del Black Volga. Un clásico del siglo pasado donde se creía que una ambulancia negra secuestraba niños para quitarles sus órganos con el fin de venderlos al mercado negro.
En la primeras versiones el vehículo era el auto soviético Volga (probablemente para echarle la culpa a los rusos de todos los males del mundo) pero luego con el paso del tiempo, cuando la leyenda se expandió al continente americano, se cambió por otros modelos.
El film juega con todas estas cuestiones del folclore popular y la paranoia que había a fines de los años ´70 con la desaparición de chicos, dentro de un film que evade los jump scares trillados para darle prioridad al vínculo de los personajes centrales.
Un aspecto de esta producción que además se vio favorecido por el casting de Mason Thames y Madeleine McGraw, quienes sorprenden con una gran composición de los hermanos Finney. Aunque la premisa es simple la narración de Derrickson consigue crear muy buenas situaciones de suspenso que terminan por ofrecer un espectáculo muy entretenido.
Si tienen presente que el tono del film se concentra más en el thriller que el género de terror y evitan el horrendo trailer que muestra demasiado, El teléfono negro sobresale entre las novedades de la cartelera para tener en cuenta.