Costi lleva una vida plácida. Por las noches le gusta leer a su hijo historias de héroes, para ayudarlo a dormir. Un día, recibe la visita de un vecino que le confiesa su secreto: en la casa de sus abuelos, hay un tesoro enterrado en el jardín. Si lo ayuda a encontrarlo, podrán compartirlo. Escéptico al comienzo, Costi finalmente se deja convencer. Alquila un detector de metales y con su compañero, inician una compleja búsqueda en la que tal vez pueda convertirse en un héroe de carne y hueso, como tanto soñó.