Pasaron más de 70 años de la finalización de la Segunda Guerra Mundial, y sin embargo las películas que tratan sobre los acontecimientos que tienen relación con la misma resultan inagotables y siguen teniendo un enorme atractivo; desde la maravillosa Roma, Ciudad Abierta de Roberto Rossellini (quizás la mejor película de la historia, tanto bélica, como relacionada con tal tema), filmada en el mismo años 45, hasta la actualidad.
El Testamento es una coproducción austro-israelí, y es la cinta debut del director Amichai Greenberg. La misma, gira en torno a la vida de Yoel (Ori Pfeffer), un terco y meticuloso historiador, que quiere evitar que se lleve a cabo una construcción en una ciudad de Austria, en un terreno donde se ubica una fosa donde fueron enterrados dos centenares de judíos, bajo circunstancias bastante turbias y muy pocos claras. Involucrado al máximo tanto con la causa, como este caso especial, Yoel está sediento en búsqueda de la verdad, en un mundo donde muchas veces se oculta la historia, se niega la verdad, y en pos del progreso, se reniega de un pasado atroz.
Pese a tener claro tanto los objetivos para avanzar en la delicada cuestión, como la brevedad de los tiempos que se le asignaron (tan solo una semana), un hecho relacionado a su historia personal. y la verdad sobre la identidad de su madre, aparecerá en el medio de la investigación, e inevitablemente desorientará a Yoel, quién hará algo que en su larga trayectoria profesional como historiador parecía no haberle pasado nunca; entremezclar su vida personal, con su trabajo. Sin embargo, como hombre abocado a la búsqueda misma de hechos verídicos, la pregunta sobre su origen, ahora incierto, removerá sus mismos cimientos y lo pondrán en una situación comprometedora, pudiendo incluso complicar el mismo destino de su investigación, su reputación, y su mismo trabajo, teniendo en cuenta que su postura e insistencia en el caso, le otorgó cierto interés mediático.
El eje de El Testamento esta enfocado en el significado de la identidad, la eterna búsqueda de la verdad, el reconocimiento de los sucesos históricos, y en recordar una vez más la forma cruel en que fue tratado el pueblo judío. Quizás no se destaque tanto el relato en si, porque pese a tener cierto interés, no deja de repetir algunos elementos ya instaurados en el cine sobre el Holocausto. No obstante la película merece ser vista, y hace sus aportes válidos a la causa. La actuación del protagonista principal, es llevada certeramente por Ori Pfeffer, mientras que el resto del reparto cumple. A tener en cuenta el nivel de exigencia que la cinta pide al espectador, y que conforme se van dando los hechos, se incrementa en forma considerable. Pese a esto, el complejo y delicado tema que trata la película, justifica tal ejercicio narrativo.