Magui regresa a Mar del Plata con una hija adolescente, tras su última visita en el verano de 1995, veinte años atrás. En el transcurso de un día en la ciudad balnearia, sus recuerdos la llevan a aquella última noche, cuando junto a tres compañeros de un call center de venta de Tiempo Compartido se vio envuelta en un episodio trágico, cuyas implicancias se revelarán todavía muy vigentes.