Empleado en una agencia inmobiliaria, Dalmiro ocupa su tiempo, además, en asistir a un club cuyo equipo de fútbol anima su solitaria existencia. Sin embargo, la repentina muerte de su hermano lo obligará a ocuparse de su cuñada, de sus dos sobrinos y de programar un ansiado viaje al extranjero. Acostumbrado a una vida rutinaria, ese hombre se verá sumergido en las angustias de esa familia que quedó sin el amparo de quien manejaba todos los resortes del hogar.
El desafío que le tocará asumir se transformará en pequeños y grandes problemas cotidianos a los que se sumará el despido de su trabajo. Dalmiro enfrentará esas contingencias con valentía y multiplicará su amor por esos seres tan cercanos a su corazón cuando su cuñada le informe que está embarazada de su hermano muerto. La directora María Eugenia Sueiro, que en 2012 estrenó su ópera prima, Nosotras sin mamá, logró recorrer con emoción esta historia sobre la necesidad de salir adelante pese a todas las contingencias que se cruzan en el camino de ese Dalmiro convertido en alguien que brinda y recibe la ternura de su entorno. Sin caer en el melodrama, la trama halló en César Bordón y en el resto del elenco la necesaria emotividad para mostrar la comprensión de ese hombre que hallará su nuevo destino.