Ya sin Jason Statham, la película quiere convertirse en una nueva saga con Ed Skrein como protagonista. Lo que comienza de manera entretenida se transforma en un producto reiterativo y con débiles villanos.
Jason Stathan ocupa un lugar destacado dentro del cine de acción actual y su carrera se potenció con El transportador -2002-, que tuvo dos secuelas filmadas en 2005 y 2008, pero parece que para encarar este proyecto pidió demasiado dinero y el productor Luc Besson lo alejó de la nueva película.
Ahora el personaje de Frank Martin, el chofer experto en lucha que hace entregas sin preguntar demasiado y sigue sus reglas al pie de la letra, es encarnado por Ed Skrein -de la serie Game of Thrones- en El Transportador Recargado, que cuenta con la dirección de Camille Delamarre -el mismo de Brick Mansions-.
Ambientado en la Riviera francesa en 1995, con un prólogo que muestra el negocio de la prostitución y una venganza que comienza a gestarse lentamente, el film ostenta una factura técnica cuidada, montaje ágil y siempre respetando los códigos de una saga en la que lo imposible se hace real.
La nueva historia sumerge al protagonista en el ojo de la tormenta: Frank Martin recobra la relación perdida con su padre -Ray Stevenson- y es interceptado por una "femme fatale", Anna -Loan Chabanol-, quien junto a tres compañeras está planificando un robo bancario contra los delincuentes que las esclavizaron.
Con este esquema El transportador Recargado no deja de lado las vertiginosas persecuciones automovilísticas, las luchas cuerpo a cuerpo en una disco, en un estacionamiento y acción a bordo de yates lujosos, además de intercalar tomas aéreas sobre sinuosas carreteras. Sin embargo, el resultado no es el mismo, se siente la ausencia de Statham en el rol central y la inexpresividad del nuevo héroe no convence a pesar de su habilidad para los golpes, lo que debilita una trama sencilla que tampoco cuenta con villanos para el recuerdo. Y éste es un punto fuerte en un relato de estas características.
Si bien todo aparece orquestado hasta el más mínimo detalle resulta poco verosímil el papel del padre de Frank, un experto que ha salido de situaciones difíciles y es atrapado como "carnada" para que el chofer se encienda como pólvora y salga en su rescate. Son las reglas del juego y los productores ponen nuevamente primera y aceleran a fondo.