El transportador se quedó sin nafta en el camino antes que pudiera ser recargado.
Las primeras dos películas que protagonizó Jason Statham no fueron precisamente obras magistrales del cine, pero al menos brindaron producciones decentes dentro del género de acción.
Después vino la debacle con la tercera entrega y la reciente serie de televisión, donde el personaje de Frank Martin fue interpretado por otro actor.
Ahora Luc Besson sigue empecinado en explotar un poco más esta franquicia con este fallido relanzamiento que no tiene la fuerza necesaria para construir una nueva saga.
Si bien el argumento está lleno de situaciones estúpidas la realidad es que los primeros dos filmes tampoco fueron escritos por Paul Auster precisamente.
Por consiguiente, creo que una película de este este tipo debe ser analizada dentro del género que trabaja y en ese sentido la labor del director Camille Delamare es bastante pobre.
La primera entrega de El transportador (2002) había contado con las coreografías de peleas y supervisión de las secuencias de acción de Corey Yuen, uno de los grandes maestros del cine de acción chino de las últimas décadas.
Yuen le había dado al film un tratamiento similar a lo que habían sido sus producciones clásicas en Hong Kong como Yes, Madam (Michelle Yeoh) y Dragons Forever (Jackie Chan).
Sumado al hecho que Jason Statham encima es un actor entrenado en artes marciales, los momentos de acción de Frank Martin en la trama eran destacados.
Desde los aspectos técnicos este relanzamiento es de una pobreza realmente abrumadora.
Al director Delamare le faltó un buen colaborador que pudiera hacer resaltar el film en estos campos. Teniendo en cuenta que estaban reemplazando a Statham con un nuevo actor, La película tenía que haber tenido un mayor cuidado en el tratamiento de la acción.
Este realizador francés hace poco hizo un trabajo decente en Brick Mansions (Paul Walker), la remake de la ópera prima de Pierre Morel (Búsqueda implacable), Distrito 13.
La diferencia fue que en ese caso las escenas de peleas y persecuciones fueron supervisadas por David Belle, quien había sido el protagonista de la obra original.
En este estreno la calidad de ese tipo de secuencias son de una película clase B de Cinemax.
Esta es una película a la que le faltó más cuidado de los aspectos visuales para tratarse de una producción del género de acción.
El nuevo Frank Martin, Ed Skrein (Juego de tronos), no es un mal actor pero después de Statham su labor ni siquiera le hace sombra a la encarnación original del personaje.
Frente a la pobreza de esta primera entrega cuesta bastante creer que el relanzamiento de El transportador tenga un futuro próspero en el cine.