Hay muchas cosas que están mal en Transporter Refueled, pero su pecado mayor es quererle vender al seguidor de la saga que Frank Martin ya no tiene la cara del imparable Jason Statham sino la del anodino Ed Skrein, que quizás recordarán por ser un Daario Naharis tan aburrido en la serie Game of Thrones que a la siguiente temporada lo cambiaron por otro actor. Y del recargado del título no hay mucho, ya que la nafta utilizada para esta nueva entrega no es de la misma calidad que antes.
Con la estampa de Luc Besson siempre presente -ayudó desde la producción y el inexistente guión de la misma- tenemos en la trama a un joven Transportador que se ve metido en un embrollo debido a un grupo de prostitutas que se creen modernas Mosqueteras -Alexandre Dumas debe revolcarse en su tumba- y secuestran al padre de Frank para salir intactas con su gran robo a su proxeneta. En líneas generales, ésa es la historia, y la dirección de Camille Delamarre tiene que llenar noventa minutos con las persecuciones, choques y combates mano a mano que siempre presenta la factoría Besson.
El esfuerzo de Delamarre es evidente y hay interesantes secuencias de acción, pero es más de lo mismo y Skrein no está a la altura de las circunstancias. Más si tiene unos zapatos muy grandes que llenar, porque estamos hablando del mismo Frank Martin que le abrió las puertas de Hollywood a Statham, no otro personaje en el mismo rubro empresarial. Podrá tener un físico privilegiado, pero Statham es Statham. El resto del elenco es lo usual, villanos muy villanos, femme fatales filmadas en cámara lenta, y a Ray Stevenson como el padre del Transportador, el único que parece saber en qué clase de película está metido, y le da a su personaje todo lo que el guión le pide. Su papel tiene mucha mas chispa que el de su hijo, y si en él hubiese recaído el nuevo papel del Transportador, las quejas no hubiesen sido las mismas.
Transporter Refueled es un largo comercial para promocionar las hermosas costas de Francia y el auto último modelo del protagonista. Más allá de eso, hay alguna que otra buena secuencia técnica, pero en definitiva es un plato recalentado de una saga que ya estaba en las últimas y mas ahora que Statham abandonó el barco -o mejor dicho, el auto-. Un nuevo arranque que no pasa de la primera marcha.