Sin Jason no
Cuando James Cameron hizo Terminator seguramente no creyó que Arnold Schwarzenegger fuera imprescindible, tampoco lo debe haber creído Steven Spielberg cuando puso a Harrison Ford como Indiana Jones en Los cazadores del arca perdida. Sin embargo, esas películas sin esos actores, son impensables. El transportador (2002) no era una obra maestra del cine, pero aun así, supo crear un personaje con identidad en una película original y divertida. Lo que tal vez no calcularon en aquel momento era que el protagonista, Jason Statham, podía convertirse es una parte imprescindible del proyecto. Y así fue, dos secuelas demostraron su éxito y su vigencia. Statham, por otro lado, protagonizó cada vez más películas y se convirtió merecidamente en una estrella que aun sigue subiendo. El transportador recargado toma al personaje como si nada hubiera pasado y realiza una nueva historia con un nuevo actor en el papel principal. Las escenas de acción son inferiores a las de sus predecesoras, lo que se nota mucho más en las peleas que en las persecuciones. Pero sin duda la catástrofe insalvable de la película es pensar que Ed Skrein puede ponerse los zapatos de Jason Statham. No solo que el actor no tiene la talla para el personaje, sino que el recuerdo de Statham lo vuelve aun más pequeño. Un dato tal vez superficial pero a tener en cuenta es que esta es la primera de las películas de El transportador que no es coproducción con Estados Unidos. La película está producida por Francia, China y Bélgica. La misión aquí es algo secundario, aunque el guión se las ingenia para tener contenido feminista y llenar la película de bellas modelos al mismo tiempo. La enigmática mujer que el protagonista encuentra al comienzo de la película lo terminará convirtiendo en el enemigo de una red de tráfico de mujeres para prostituirlas. Aunque no se trate de una secuela, sino de un nuevo comienzo sin hacer caso de la existencia de otros films, el espectador no encontrará sorpresa alguna durante todo lo que dura la película. Muchos creen que ser héroe de acción es fácil, pero El transportador recargado demuestra que no es tan así. Statham se mucho más que un personaje, pero Frank Martin es un personaje que no tiene interés alguno si no es a través de la presencia del actor.