Definitivamente un film que no es para cualquier paladar y una curiosidad de que se encuentre nominada a Mejor Película en los próximos Oscars.
No hay que preguntar ni hurgar mucho sobre la trama ya que es demasiado spoileable dado a que en un momento hay un giro muy drástico en el lugar para el cual va la historia.
Pero más allá de eso, más allá de lo que trata, el film invita al espectador a reflexionar sobre la vanidad y la superficialidad en nuestra sociedad moderna
En un momento hay una discusión sobre pagar una cuenta de restaurant que deja entrever muchas actitudes en cuanto al dinero. Un tema que sigue siendo tabú en Hollywood salvo algunas excepciones.
Luego vemos situaciones extremas y absurdas donde la película vuelve a brillar. Tranquilamente podríamos considerar a modo de metáforas a varias de las cosas que el director Ruben Östlund, quien hace una buena puesta y logra atraparnos en cada una de las atmósferas, crea.
El elenco está muy bien, tanto la inicial pareja protagónica como los que vamos conociendo luego.
El film no te da respiro y te sumerge por completo.
A cada rato pensé “que bueno esto que estoy viendo”, pero no hay manera de comentarlo sin describir escenas y/o secuencias.
Vayan a ver El triángulo de la tristeza, una verdadera experiencia cinematográfica.