El gran danés
Hay muchas maneras de retrotraerse desde la historia a las atrocidades cometidas por los nazis cuando Hitler tomó la decisión práctica del exterminio y de los campos de concetración. Allí, fiel a una sistemática y modélica estructura verticalista se diferenciaban los prisioneros mediante el símbolo de un triángulo. Para los nazis no era lo mismo un preso político, un judío y un homosexual, grupo al que le tocaba en suerte un triángulo de color rosa invertido.
Sobre esta verdad oculta se encarga de indagar el documental de Ignacio Steimberg y Esteban Jasper, El triángulo rosa y la cura nazi para la homosexualidad para introducir en esta historia de terror a un protagonista bastante poco conocido que tuvo relación directa con la Argentina. El nombre de un endocrinólogo danés, Carl Vaernet, surge a partir de su colaboración directa con los nazis en los campos de Buchenwald, donde aplicó a más de una decena de prisioneros homosexuales una glándula artificial que contenía tetosterona y se inyectaba en la ingle. El procedimiento emulaba a las experimentaciones con las gallinas que por exceso de tetosterona desarrollaban crestas y así se concluía que la homosexualidad considerada como aberración por los nazis tenía cura y los hombres afectados volverían a ser productivos tanto para la guerra como para la reproducción.
Como todo nazi luego de la derrota del fuhrer, el destino de este facultativo íntimo de Himmler fue la República Argentina, refugio de varios jerarcas amparados en las estrechas vinculaciones del gobierno de turno con aquel régimen. Hasta ese lugar y siempre con la misión de develar lo oculto llega el interesante trabajo de la dupla Steinberg y Jasper para involucrarse con la investigación en primera persona y descubrir por ejemplo al nieto de Vaernet o simplemente instalarse en el presente de aquel campo de concentración, intacto para el horror y la memoria.
Si se trata de recomponer los pedazos de una historia sepultada por la indiferencia hacia las minorías y por los poderes que pretenden silenciarlo, el aporte de El Triángulo rosa… es sumamente significativo y obligatorio si es que se quiere conocer otros cristales de un prisma oscuro y muy poco traslúcido.