Crónica de una fuga
El túnel de los huesos (2010) puede ser considerada como una típica película de fuga, pero con el plus de nutrirse de ciertas características que la acercan más a las estructuras de un cine intimista que a las de una película de acción.
Inspirada en hechos reales, la primera película ficcional de Nacho Garassino está ambientada en el año 1991 cuando un grupo de siete presos de la cárcel de Villa Devoto logra fugarse una noche sin dejar rastro alguno. Un periodista tomará contacto con algunos de los prófugos y así se reconstruirá una historia cuyo trasfondo adquirirá, en primera instancia, estrecha relación con la última dictadura militar argentina.
El periodista Ricardo Ragendorfer fue quién desmarañó el caso y dio origen al relato periodístico. Él –en la piel del actor Jorge Sesán - será el encargado de llevar el hilo de la trama cuya narración comienza a partir de un flashback en el que no va a existir linealidad. Cómo en toda crónica periodística van a coexistir los saltos temporales típicos de una historia cuyo relato se arma a partir de testimonios y que Garassino resuelve a partir de la utilización de un montaje alternado en donde la historia va y viene sin por eso provocar confusión o dejar cabos sueltos.
El túnel de los huesos focaliza en la construcción de las relaciones entre los individuos por encima de una puesta en escena vertiginosa, recurso que uno esperaría y que sería casi un cliché. La diferencia, con otros films del mismo género, subyace en la marcación de los climas por sobre lo rítmico y eso hace que por momentos el relato adquiera cierta morosidad que lo distancia de la acción que a priori uno esperaría. Los diálogos pausados, cierta estilización en la forma de encuadrar y una fotografía que remite a las pinturas de Caravaggio logran que los personajes adquieran un valor trascendental por sobre el hecho en sí mismo.
Raúl Taibo, actor rotulado como galán de telenovelas, demuestra que casi siempre los encasillamientos son sólo preconceptos y que, si las oportunidades existen, se puede romper con ese paradigma. La cinematografía local deberá empezar a ver con otros ojos a este actor que logra crear un recluso lejos de todo estereotipo y lugar común. Junto a él, logran destacarse, Daniel Valenzuela, en un personaje a su medida y Germán de Silva (protagonista de Las Acacias, película recientemente premiada en Cannes).
Surgido como realizador del programa televisivo El otro lado, Nacho Garassino debuta en la ficción cinematográfica con un largometraje en el que la forma y el fondo llevan la marca personal de alguien que sabe contar una historia en la que se prioriza el minimalismo de las relaciones humanas por sobre la espectacularidad de la acción. Una historia que vale la pena.