Esta es la ópera prima de Nacho Garassino, su narración se base en hechos reales, cuando siete presos se fugan del penal de Villa Devoto en diciembre de 1991; donde surgieron desconcierto y dudas policiales, el seguimiento periodístico y un vecino que noto el escape.
Para narrar esta historia, Vulcano (Raúl Taibo), este tiene unos 45 años y Toro (Daniel Valenzuela), se reúnen con Ricardo (Jorge Sesan), un periodista de criminales, intenta escribir una nota sobre lo que ocurrió, cómo fue y por qué; le va describiendo la fuga, junto a otros reclusos y el escalofriante secreto que encontraron mientras cavaban el túnel para escapar.
La acción se va desarrollando entre rondas nocturnas, cigarrillos, peleas, desconfianzas, carceleros, un médico que mira para otro lado y las venganzas entre los prisioneros.
Es Vulcano el que descubre una habitación con archivos abandonados de la época de la última dictadura militar; a partir de este hallazgo, comienza la limadura de barrotes, cavar el túnel, con todas las dificultadas que esto implica; allí abajo se enfrentan a lo desconocido, por eso el título del film, como surgen ciertas supersticiones nace un pacto con los muertos, a través de un ritual, estos restos humanos se darán a conocer al resto de la sociedad.
El film recurre constantemente al recurso del flashback, sus diálogos son pausados, tiene un ritmo lento, un poco de suspenso en la primera parte que luego se va diluyendo, contiene algunos errores de época, se muestra cómo funciona el sistema carcelario, algo que muchos suponemos, (aunque este no sea el tema principal), los protagonistas son: Raúl Taibo con colita y barba da vida al líder de la banda, (pero no se nota mucho el paso del tiempo, durante sus dos relatos), Daniel Valenzuela se destaca bastante en la composición de su personaje, el resto del elenco solo acompaña, algunas actuaciones no son creíbles, lamentablemente la historia no logra mantener el interés y el espectador no logra sentir esa claustrofobia. Por lo demás deja varios interrogantes sin resolver.
Este jueves se proyectó para el público chino este film, en el marco del XIV Festival de Cine de Shanghai; además participa de la competencia oficial por el Golden Goblet, premio máximo del Festival, junto con otros films de Portugal, Italia, Turquía, Tailandia, Japón, India, Alemania, Albania, Rusia, China y los Estados Unidos.