Para atrapar a un ladrón... aburrido
Hace un par de años atrás Francis Ford Coppola vino a la Argentina a vender sus vinos, comprar propiedades, disfrutar un poco del paisaje nacional y según dicen, también de las mujeres que nos rodean. ¡Ah! De paso y como excusa filmó una película, supuestamente autobiográfica, a desganos, con poco sentido estético y desperdiciando a un elenco internacional cotizado que ha hecho muchos mejores trabajos que este. Sí, la película era Tetro. Un verdadero dolor para los ojos y oídos de los espectadores.
A lo que voy, es que esta experiencia miserable, solo sirvió para que el director de El Padrino la pasara bien en nuestro país mientras tanto.
Parece que a Florian Henckel von Donnersmarck, después de ganar el Oscar por La Vida de los Otros, le pasó algo similar. Graham King, renombrado productor de Hollywood le ofreció la historia más tonta que tenía en carpeta, le pidió que la filme con el Depp y la Jolie, acaso pensando que esta combinación atraería gente simplemente para verlos a ambos juntos por primera vez, y trasladaron a todo el equipo a Venecia para filmarla.
Parece que el director alemán de 37 años quedo enamorado de la ciudad italiana pero se olvidó de dirigir la película y por lo tanto el resultado final es un film en piloto automático, insípido, ausente de algún sentimiento, de alguna emoción. Inclasificable por el simple hecho, de que realmente no es una comedia, no es un thriller, no es una obra romántica. Para ser honestos, es nada.
Cuando los mismos actores, carecen de expresividad. Cuando el protagonista no cambia su rostro de monotonía durante la hora y media que aparece en pantalla, cuando la diva de turno solo guiñe y apenas mueve los labios hay algo que no funciona. No se trata de austeridad, no se trata de interpretaciones introspectivas. Se trata de falta de vida.
No soy un fanático de ninguno de los dos intérpretes, pero considero que ambos han hecho en el pasado algunas actuaciones que justifican su fama. Depp es un clown natural, uno de los pocos que existen en el cine mainstream, pero cuando se hace el serio no provoca una sola risa. Jolie en cambio tiene una registro de actuación más amplio. Comparemos estas películas que solo toman su superficial belleza con las verdaderas grandes actuaciones de su carrera, como El Sustituto o Un Gran Corazón y vamos a entender, que la hija de Jon Voight no solo es dos ojos lindos, labios pulposos, cuerpo voluminoso y esposa de Brad Pitt.
El Turista se basa en la película Anthony Zimmer de Jerome Salle, interpretada por dos grandes actores franceses como lo son Sophie Marceau (Corazón Valiente) e Yvan Antall (Partir). La adaptación llevada a cabo por mismo Donnersmarck, después de dos versiones que parece que no fueron demasiado satisfactorias, de parte de los prestigiosos ganadores del Oscar (esto siempre trae “prestigio” ¿no?), Christopher McQuarrie (Los Sospechosos de Siempre, Al Calor de las Armas, Operación Valquiria) y Julian Fellows (Gosford Park, La Joven Victoria) cuenta la “historia” de Elise (Jolie), la esposa de Alexander Pierce, un ladrón que le ha robado millones de dólares a un mafioso inglés (Berkoff) y es buscado por el mismo y sus guardaespaldas rusos, a la vez que por Scotland Yard por deber más millones de libras en impuestos. Elise es vigilada por el Inspector Acheson (Bettany). Un día recibe una carta de su esposo comentándole que se ha hecho una cirugía total de su rostro y que para perder el rastro de sus perseguidores elija a un “turista” en un tren rumbo a Venecia para que la policía piense que Pierce es él. Así es como Elise elige a Frank (Depp) un profesor de matemáticas como su presa. Frank se enamora rápidamente de ella, y queda envuelto en medio de las persecuciones entre el gángster, los matones rusos y Scotland Yard.
El problema de este argumento es que realmente, en el medio, no hay ningún tipo de desarrollo. Los diálogos son vacuos y las decisiones de los personajes carecen de verosimilitud. Al final, con una línea de diálogo todo se resuelve y queda claro, pero en medio, el resto es artificialidad y tedio. Entre la solemnidad y la pretenciosidad, el director no acierta en la creación de climas. Las escenas de acción carecen de tensión y emoción, un claro error de montaje. El humor no aparece (los chistes con el idioma son ingenuos y anticuados) y las escenas románticas parece forzadas. Además el final es previsible.
Pero el principal error es la pareja protagónica. No existe química entre Depp y Jolie. No hacen buena pareja. La fórmula no sirve. Y aparentemente, nunca ambos se sintieron más incómodos en un rol y con otra persona. ¿Por qué no eligieron a Brad Pitt esta vez?
En el reparto aparecen brillantes actores europeo desperdiciados como Timothy Dalton, Alessio Boni (el de La Mejor Juventud), Steven Berkoff y Rufus Sewell. El único que realmente aparece centrado y convincente Bettany, que sin dar una gran interpretación, al menos divierte mínimamente.
Si Donnersmarck quiso realizar una comedia de ladrones fina, elegante, con más romance y humor que tiros, pero sin llegar a los escatológico, no le salió. El problema es la falta de ingenio del guión, escenas monótonas y poco desarrollo de los personajes. El director podría haber tomado de modelo, la saga de La Gran Estafa, El Caso Thomas Crown (ambas versiones), pero en cambio decidió elegir a Hitchcock. Pero el maestro fue un solo, y cada vez que se quiso plagiar, el resultado fue decepcionante. Aquí, parece haberse inspirado en Para Atrapar a un Ladrón (1955). Sin embargo, de la hermosa película con Cary Grant y Grace Kelly (ahí sí había química, humor, romance y suspenso) solo quedó una escena plagiada (la mejor de la película, de por sí) cuando Depp, emulando a Grant se escapa por los tejados de Venecia en pijamas y termina cayendo en un feria de frutas, generando la confusión de la policía. Esto mismo le sucedía al protagonista del film de Hitchcock.
Venecia es hermosa, sin dudas, y tener a Johnny con Angelina como guías turísticos es un gran honor. Pero, por favor, saquen la película que está en el medio… porque molesta.