NO ALCANZÓ LOS OBJETIVOS
La interesante conjunción de dos grandes personalidades, como Angelina Jolie y Johnny Depp, y la propuesta de unirlos en una comedia romántica de intrigas no consigue en El turista resultados a la altura de lo que pudo haber sido una fiesta.
Las películas comerciales pueden tener un origen de exclusiva intencionalidad económica. Pero una cosa es el origen y otra muy distinta la realización del film. Johnny Depp, quien tal vez sea la estrella más taquillera de la última década, y Angelina Jolie, otra estrella gigante, juntos por primera vez en la pantalla grande. Excelente idea comercial con gran potencial cinematográfico. Ambos, ya se sabe, dos sex symbol de la pantalla, adorados por millones de espectadores en el mundo. Filmarlos en Venecia es también un interesante concepto que aporta su cuota de glamour para deleite del público. ¿Acaso no era placentero en el cine clásico ver, por ejemplo, a Grace Kelly y Cary Grant filmados en la Costa Azul por Alfred Hitchcock? Y al decir el nombre del director de Para atrapar al ladrón uno descubre qué es lo primero que falta en esta película, que tiene todo servido y no consigue, a pesar de algunos buenos momentos, dar en el tono adecuado. Lo que le falta es un rumbo estético y una mirada del mundo. El guión, pequeño e ingenioso, podría haber sido la base de una simpática y amable película, ligera pero placentera. El hombre común metido en una historia extraordinaria, un tema casualmente muy hitchcockiano y su encuentro con una misteriosa mujer perseguida por todo el mundo. Si hasta en un tren se encuentran, el medio de locomoción favorito de Hitchcock. Pero las películas, contrariamente a lo que algunos piensan cuando ven solo el dinero, no se hacen solas. Así, cada escena tiene todo para convertirse en algo bueno, pero se pierde irremediablemente. Angelina juega muy bien su papel, sin embargo, el director no supo cómo guiar a Depp por las complejas variables de guión de su personaje. Pero no es sólo culpa del director, la verdad es que el problema del film es que el hombre común no es tan común y por eso traicionan el costado más divertido de la película. A pesar de ser una superproducción internacional, algunas escenas resultan torpes y hasta baratas. Ni son una evocación artificial del cine clásico ya mencionado, ni son tampoco algo fácil de tolerar por un espectador actual. Si el director, conocido mundialmente por la famosa película La vida de los otros, ganadora del Oscar a mejor película extranjera, tuvo poco o mucho control del proyecto es difícil de saber. Sí queda claro que la mayor responsabilidad recae finalmente sobre sus hombros, más allá de que lo hayan dejado trabajar bien o no. Pero no hay que remitirse a la edad del oro del cine para buscar algo mejor que El turista. El año pasado se estrenó Encuentro explosivo, con Tom Cruise y Cameron Diaz, una disparatada y divertida película que, a diferencia del título aquí analizado, es fiel a un estilo, un tono y unos personajes. En su afán de sorprender, El turista remata con la misma falta de gracia con la que se desarrolla casi toda la trama, y más allá del carisma de los protagonistas –y algún buen chiste con el idioma-, hay que decir con decepción que este encuentro ha sido cualquier cosa menos explosivo. La realización de buenas películas no es soplar y hacer botella, requiere un poco más de inteligencia y sentido estético de lo que aquí se puede ver.