Como responsable habitual de la presentación de los preestrenos del Cine Club Núcleo a lo largo de seis años, uno va acumulando experiencias que en algunos casos se vuelven inolvidables. Han pasado desde entonces numerosos directores y actores del cine nacional y en contadas ocasiones del exterior. Pero nunca hasta ahora, este cronista recuerda algo parecido a lo ocurrido el martes pasado (1 de diciembre) en ocasión del preestreno de “El último aplauso”, una coproducción entre Argentina, Alemania y Japón.
Fue dirigida por Germán Kral, un argentino que hace casi 20 años vive en Alemania (Munich), adonde fue a estudiar cine motivado por una enorme admiración por Wim Wenders, según él mismo confiesa. Uno de sus profesores fue Doris Dorrie (“Las flores del cerezo”), quien le comentó hace algo más de diez años que en su paso por Buenos Aires ella conoció un café que Kral debería algún día visitar. Se trataba del “Bar El Chino”, en el barrio de Pompeya, donde recaló el director en una de sus visitas a su país. Con una muy simple cámara filmó entre otros al propio Chino (en verdad Jorge García) así como a los cantantes en sus casas y en el bar. Como antecedente fílmico merece mencionarse la excelente opera prima de Daniel Burak, que se llamaba justamente “Bar el Chino”, aunque con un enfoque distinto al estar a mitad de camino entre el documental y la ficción.
La idea de Kral era retornar lo antes posible a Buenos Aires para completar la filmación de un documental. Cuando lo hizo en agosto del 2001 la situación había cambiado ya que el Chino estaba hospitalizado y el hijo de éste había fallecido trágicamente. Al poco tiempo de regresar a Alemania con más material fílmico se enteró de la muerte del dueño del bar y a partir de allí el proyecto fue sufriendo modificaciones, sobre todo porque la mayoría de los cantantes se habían peleado con los nuevos propietarios y quedado sin trabajo.
Por fin en 2006 se pudo completar la película gracias al soporte de varias instituciones de Alemania, Japón y sobre todo del INCAA. Se logró reabrir el bar con la presencia de los cantantes Cristina de los Ángeles, la increíble octogenaria Inés Arce, Julio César Fernán y el guitarrista Abel Frías además del joven cantor Omar Garré. El show que ofrecieron está registrado, con maestría en la disposición de las cámaras y el registro del sonido en el reducido espacio del Bar El Chino, en la película. El martes 1 de diciembre todos los intérpretes antes mencionados se hicieron presentes ante el público del Cine Club Núcleo al finalizar la segunda función. Fueron ovacionados y de hecho durante las dos funciones, cada vez que terminaba la ejecución de una canción se escuchaban aplausos en la sala. Pero quizás la máxima emoción fue cuando cantaron un tango, acompañados por la guitarra de Abel Frías.
“El último aplauso” es un magnífico documental que tiene la particularidad de que lo allí acontece resulta un fidedigno racconto de lo que pasó durante casi diez año en la vida de músicos, que cantan fundamentalmente por vocación. Puede afirmarse que el guión se fue alimentando con sus propias vivencias, las que emocionan de la misma manera que lo hizo su reciente presencia en la sala del cine Gaumont. Una experiencia imborrable que el espectador podrá revivir al ver esta notable realización.