La bruja buena le roba la película a Vin Diesel
Ochocientos años atrás Vin Diesel mató a la Reina Bruja, que antes de morir lo condenó al suplicio más solitario: la inmortalidad. Así es como, en el mundo actual, el protagonista de este film fantástico con el énfasis en la acción es un personaje clave para limitar el accionar de brujas y hechiceros, con la ayuda de un sacerdote de "el hacha y la cruz" que hace las veces de asistente y confesor.
La acción comienza justo cuando el protagonista tiene que aceptar el retiro de este sacerdote, nada menos que Michael Caine, y su reemplazo por un joven cura interpretado por Elijah Wood, un cambio que no lo convence mucho (lo que es muy sensato). Pronto queda claro que con este cambio de sacerdote hay extraños movimientos entre las brujas y hechiceros decididos a usar las artes prohibidas, y el asunto es que aquella Reina Bruja supuestamente liquidada sólo estaba esperando el momento para resurgir y dominar el mundo.
El director de la nueva versión de "The Crazies", Breck Eisner, aquí se hace cargo de una historia entre incoherente y previsible con algunos detalles divertidos y sobre todo muy buenas imágenes horripilantes, aunque curiosamente el film nunca logra asustar ni generar auténticos climas de terror. Por otro lado, todas las secuecias se resuelven con un huracán de efectos especiales que antes de la mitad de la proyección ya saturan, no sólo por el abuso en la cantidad sino también por la textura eminentemente digital de cada efecto.
Michael Caine, que tiene el mejor diálogo del film, está en estado de hibernacion casi todo el tiempo, lo que es una pena, pero la que se roba cada escena donde aparece es la bruja buena encarnada por Rose Leslie.