Vin Diesel larga los autos y agarrar la espada para transformarse en El Último Cazador de Brujas.
El inmortal
Kaulder es un guerrero de la edad media que dedica su vida a cazar brujas. Luego de matar a la Reina Bruja, es maldecido con el don de la inmortalidad; por eso ahora sigue persiguiéndolas o manteniéndolas a raya para conservar la tregua entre los humanos y los aquelarres. Pero luego de que su ayudante muera, Kaulder descubre una conspiración en torno su persona.
Seguí con los autos Vin
El género de brujería siempre dio algunas pelis interesantes, o como mínimo divertida. Y no solo me refiero a las que se sitúan en un contexto medieval, El Aprendiz de Brujo sin ser una genialidad, entretenía bastante y de paso nos mostró uno de los últimos papeles decentes de Nicolas Cage.
Pero olvídense de todo eso a la hora de ver El Último Cazador de Brujas, porque ni siquiera llega al termino “estúpida y divertida”, solo es la primera palabra, y eso si somos buenos y vamos con las expectativas bajas.
A todos los que querían ver a Vin Diesel (Rápidos y Furiosos 7) en modo vikingo repartiendo espadazos a diestra y siniestra, olvídenlo. Se ve que el presupuesto no alcanzaba para situar mucho metraje en el pasado, por lo que rápidamente veremos al pelado en la actualidad, haciendo las veces de un Constantine que en lugar de atrapar demonios, vigila brujas. En el medio de esto también aparecerán Michael Caine y Elijah Wood intentando darle una mínima cuota de calidad al apartado actoral.
Pero por desgracia tanto Caine y Wood salen poco, y están desperdiciados en personajes planísimos. Si en cambio tendremos bastante de Rose Leslie (nuestra querida salvaje Ygritte de Juego de Tronos) como un pseudo interés romántico de Kaulder. El problema es que a la colorada parece que le dieron los peores parlamentos posibles, y su personaje no solo se vuelve prescindible, cae en lo insoportable rápidamente.
Criticar a Diesel por su actuación a esta altura del partido, es como descubrir que la noche es negra. Pero es que ni siquiera en las pocas escenas de acción su personaje se vuelve creíble. Y para colmo de males, ¡poco y nada lo veremos empuñando una espada!, pero si disparando armas sin ningún mínimo de gracia. A esto súmenle un malvado genérico sin personalidad y los bostezos están asegurados.
El director Breck Eisner poco puede hacer casi sin materia prima a la hora de dirigir, pero de todas formas se las ingenia para que las escenas de acción de El Último Cazador de Brujas sean de lo más rescatable, sacándole buen partido a los efectos especiales, que pese a no ser espectaculares, cumplen.
Conclusión
El Último Cazador de Brujas es mala, y lo peor de todo, es un film de acción del montón. Con destino seguro de “sábados de súper acción” en algún canal de cable (ya se imaginan a cual me refiero) y con muy poco para rescatar. Pese a tener a un actor por lo menos carismático, nunca vemos personalidad en la película, algo clave en un film de este tipo si quiere destacarse en un mercado superpoblado de propuestas.