"Depende, de según cómo se mire, todo depende"
Después de transcurridos varios años de trabajar juntos escribiendo y protagonizando una película, Matt Damon y Ben Affleck, vuelven a reunirse en El último duelo, una historia de época dirigida por el gran Ridley Scott.
Por Denise Pieniazek
El Último Duelo (The Last Duel, 2021) es una película basada en la novela The Last Duel: A True Story of Trial de Combat in Medieval France (2004) de Eric Jager, la cual a su vez narra los acontecimientos reales que tuvo como protagonistas al escudero Jacques Le Gris, y al matrimonio de Jean y Marguerite de Carrouges. La historia está ambientada en Francia durante el siglo XIV, en pleno reinado de Carlos VI, en consecuencia, estamos frente a una película de época que se luce mediante sus maravillosos decorados y vestuarios. A pesar de ser una película histórica, El Último Duelo está a tono con la ola feminista actual, logrando que un relato del pasado haga eco en el presente, y sin forzar este recurso como la mayoría de las películas actuales que quieren hacer encajar sus discursos en lo políticamente correcto, sin tratar las temáticas en profundidad.
Al respecto es importante mencionar que el guión coescrito entre Ben Affleck y Matt Damon, quienes ya habían escrito y protagonizado juntos el guión del notable largometraje En busca del destino (Good Will Hunting, 1997), tiene además el aporte femenino de Nicole Holofcener (guionista y directora). Lo cual es crucial, dada la temática del relato en la cual no quiero explayarme porque creo que al público que no conoce la historia, la película le impactará aún más. Lo que es evidente dado el título (que refiere al último duelo judicial permitido por el parlamento parisino) es que hay un duelo declarado por el rey Carlos VI como resolución al conflicto entre dos escuderos y caballeros. Dejaré como dije recientemente cuál es el conflicto en cuestión en suspenso.
Uno de los aciertos de la película es dividirse estructuralmente a groso modo en tres segmentos o actos, según el punto de vista de cada uno de los tres protagonistas de esta historia. En dicho sentido, El Último Duelo aunque a algunos pueda llamarle la atención su extensa duración -a diferencia de la mayoría de los filmes actuales que duran lo mismo- aquí se justifica, ya que cada acto es un microcosmos en sí mismo que hace un buen uso de ese tiempo y que a su vez se irá completando y superponiendo con el segmento siguiente. Los dos primeros capítulos corresponden a los puntos de vista masculinos de Jacques Le Gris (Adam Driver) y Jean de Carrouges (Matt Damon), mientras que el tercero pertenece a la óptica mujeril de Marguerite de Carrouges. Este tercer acto es clave para la narrativa puesto que resignifica toda la película, dándole una potencia interpretativa enorme. En consecuencia, es evidente que tanto desde la concepción del guión como desde la audaz dirección a cargo del célebre Ridley Scott (Thelma y Louise, Blade Runner, Gladiador, Gánster Americano, etc.) se tiene muy presente una de las premisas fundamentales del lenguaje cinematográfico: “el espectador de cine trabaja por acumulación”. Asimismo, el tercer acto a tono con la ola feminista actual que se mencionaba al inicio, posee una aproximación desde la perspectiva de género, es decir, una visión feminista de los hechos, debido a que mediante gestos sutiles del personaje de Marguerite de Carrouges (interpretado de forma conmovedora por Jodie Comer) se marca el contraste con el universo masculino y su patriarcado. Dicho segmento, cuestiona todo lo narrado anteriormente y mediante detalles muy sutiles que van desde quitarse lentamente unos zapatos, o por el contrario trastabillarse con los mismos al intentar huir, hasta subir lentamente una escalera o correr de prisa por la misma buscando el refugio, o la interpretación de una mirada o un beso.
En conclusión, El Último Duelo posee una equilibrada y semánticamente potente unión entre la forma y su contenido, entre el cómo se dice y lo qué se dice. Su estética cinematográfica refuerza cada uno de los actos según avanza la acción, superponiendo cada uno de los tres relatos dentro de esta gran narrativa, que por su excelencia como obra total -a pesar de su lento ritmo inicial- logra posicionarla dentro de uno de los mejores estrenos de este año.