Este ultimo épico e impactante filme del director Ridley Scott (Alien, el octavo pasajero) nos lleva a tierras lejanas en Paris en el año 1300 donde dos grandes antagonistas abren el relato para enfrentarse a ese ultimo duelo, que da nombre al filme. Son Jean de Carrouges (Matt Damon) y Jacques Le Gris (Adam Driver) quienes van a enfrentarse a este combate mortal. Tal como en su ópera prima, la magistral Los duelistas (The Duellists, 1977) el drama se jugaba por la lucha entre dos hombres entre la vida y la muerte en un encuentro fatal.
A la narrativa de El ultimo duelo como figura de la triangulación central se suma Marguerite de Carrouges (Jodie Comer), esposa de Jean uno de los duelistas. Entre otras aristas el drama y el enfrentamiento en el relato se juega una carta letal, Marguerite acusa a Le Gris de haberla violado. Ella es una pieza fundamental para contar esta trama que pone en juego los mecanismos de funcionamiento del poder, no importa la época ni el lugar. Es el poder en todas sus dimensiones dramáticas.
El guion está escrito por Matt Damon y Ben Affleck, que también interpretan personajes del filme, junto a Nicole Holofcener. La elección estructural del relato articulado con muchas idas y venidas, pero en tres claros episodios dominados por distintos puntos de vista es una clave para que esta película de extensión generosa no decaiga narrativamente a lo largo de cada escena.
El clima de violencia enlaza toda la trama. La violencia funciona como otro tema del filme, poder y violencia en un universo sostenido por una moral en crisis.
Como han elegido contar la historia y jugar con el tema de la verdad “¿Jura usted por su vida que lo que dice es verdad ?”, el nudo crítico de quien es el dueño y como se revela nos evoca aunque lejanamente a la magistral Rashomon (Íd.,1950) de Akira Kurosawa y sus múltiples puntos de vista. Scott maneja muy bien las ambigüedades de las miradas posibles y sus certezas.
El despliegue visual que tan bien domina en la batalla y sus formas Ridley Scott va de la mano de la fotografía de Dariusz Wolski que juega en esa paleta de azules y tonos fríos, metálicos creando un ambiente atractivo y verosímil.
Si con algo dialoga este filme en la misma carrera de Scott es con su opera prima, y vale la pena ver el camino de una a otra 44 años más tarde.