La Ausencia Adictiva
¿Alguna vez quisiste ser otra persona? Que idea tan poderosa y magnífica para trabajar en el cine. Ya se ha hecho, con resultados muy buenos y muy malos también. Armando Bo (Jr.) tiene que estar orgulloso de debutar en largometrajes haciendo un trabajo tan emotivo y bien ejecutado, elaborando una trama simple pero llena de riquezas. ¿Quién nunca se visualizó cantando como Axl Rose, Madonna o Chris Martin de Coldplay? ¿Quién nunca fantaseó con recibir todo ese reconocimiento? ¿Quién nunca envidió, aunque sea un poco, la vida de otra persona? En el film, se encara la trama teniendo en cuenta esta idea pilar, pero además se trabaja sobre otro abanico de matices que incluye la interacción familiar, la tragedia, la pateticidad, el amor a la música y sobre todo el convertirse en un ánima ausente, todo con gran profesionalismo y con un ojo enfocado en lo que el público va a validar en el cine cuando disfrute la propuesta. Tiene la capacidad de dejar contento al espectador comercial y al que gusta más del cine independiente también.
Yendo más al desarrollo de la peli, no se deben confundir los tantos. La historia de fondo, la importante, es la de Carlos Gutiérrez, un tipo que se ha obsesionado tanto con su ídolo que por momentos realmente cree que es él, un tipo que se ha perdido a sí mismo para poder convertirse en alguien que no es, que nunca va a poder ser y que va a significarle la infelicidad perpetua. Es una tragedia, con algunos toques cómicos por supuesto, con momentos de enseñanza y gran virtuosismo de su protagonista, que encarna a un personaje tan patético como querible, tan admirable como reprochable. El hecho de que sea Elvis no es lo más relevante, eso es un aspecto que enriquece al film, que ofrece entre otras cosas, momentos musicales buenísimos, sobre todo para un ignorante (como es el caso de quien escribe) que hasta el momento no tenía idea quien es este gran artista llamado John McInerny.
Un muy buen producto "made in Argentina" que va a sorprender a más de uno y va a emocionar hasta las lágrimas a quien se deje tocar por este último Elvis.