La demonización de la sexualidad
Para comenzar cabe aclarar que esta secuela de El Último Exorcismo (The Last Exorcism, 2010) tiene muy poco que ver con su predecesora. Más allá del paso del falso documental a la narrativa MRI los temas que abordaba la primera en cuanto a la exposición mediática de la fe y de la visión no ortodoxa acerca del exorcismo dan paso a una peculiar metáfora acerca del despertar sexual.
La historia de El Último Exorcismo Parte II se centra un tiempo después (indeterminado) de los hechos del primer film, Nell aparentemente escapa de la secta que la tenía cautiva y es enviada a un albergue para adolescentes problemáticos o con problemas (usted elija) en la ciudad. La llegada de Nell a la ciudad será el descubrimiento de sentimientos que creía superados. Ella se encuentra con los espectáculos que la ciudad tiene para brindar y al mismo tiempo va ingresando en un mundo de estímulos sensoriales que no comprende y que van a ser metaforizados con ese "demonio" que lleva adentro. Su primera estimulación va a ser auditiva, por medio de un auricular la música le va a hablar al oído, en ese contacto tendrá también su primer contacto con Gwen, su compañera con quién más tarde tendrá una escena que jugará con la idea del lesbianismo y en donde los labios de Nell van a ser pintados por primera vez. Luego de este acercamiento se va a despertar en Nell un deseo casi incontrolable por la estimulación táctil en una secuencia en donde va a tocar toda textura que se le cruce por el camino. Va a conocer a un joven que parece interesado en ella, va a recibir una nueva estimulación auditiva, esta vez mucho más concreta (escucha a una pareja en la habitación contigua teniendo relaciones), va a contemplarse repetidamente al espejo y va a acariciarse por las noches. Personajes van a tentarla para "liberarse" (palabras textuales) y se van a hacer menciones constantes a una necesidad de completitud del personaje. En todos estos casos la película busca explicar que estas acciones son parte de la influencia de Abalom, el demonio.
Todo resulta un mensaje tan obvio que no hay lugar a múltiples interpretaciones, El Último Exorcismo Parte II lo pone todo así, de una manera muy evidente, sin ningún matiz a la hora de elaborar el guión. Alcanza con reemplazar las referencias a dicho demonio con la palabra "sexualidad" de principio a fin y listo, tenemos un film con una moral de acero. Los buenos quieren que se contenga, los malos quieren que se libere.
Este lamentablemente no es el mayor de los defectos de esta secuela. La misma tiene uno de los montajes cinematográficos peores logrados que vi en mucho tiempo y les aseguro que no exagero. Por momentos parece que la selección de la cadencia y progresión de los planos fue elaborada de manera aleatoria por medio de algún tipo de automatización. Los errores son tan groseros que sinceramente no me permitieron evaluar otros aspectos técnicos como la fotografía, el sonido y siquiera la decisión del director respecto a los planos.
El mencionado escrito por su parte, además de lo ya planteado, alcanza por momentos niveles de incoherencia increíbles. Pareciera hecho a las apuradas rellenando los espacios existentes entre un golpe de efecto y otro. Se percibe cierta búsqueda de dar una vuelta distinta al relato pero fue llevada para lugares incorrectos.
En resumen El Último Exorcismo Parte II sólo sirve para valorar aún más la primera entrega que con sus aciertos y errores terminaba siendo en su totalidad un film con coherencia interna desde el comienzo hasta el final, este por su parte no cumple siquiera con ese requisito.