Indudable producto dentro de un terror cinematográfico que permanentemente busca nuevas alternativas, El último exorcismo es, aún con las reservas del caso, una aceptable pieza del género. Por supuesto que el estilo de este film, que combina la cámara en mano con la película casera y el falso documental, le debe mucho a la pionera El proyecto Blair Witch, y más recientemente, a Actividad paranormal, y retorna de alguna manera a aquellas películas de posesión demoníaca que se originaron luego del impacto indeleble de El exorcista de William Friedkin. Con el antecedente cercano en este subgénero de El exorcismo de Emily Rose, este film de Daniel Stamm emplea ese recurso mencionado que caracterizó al exitoso film de Oran Peli, sin olvidar la formidable Cloverfield, y el film de terror español REC. El último exorcismo, que también es un suceso en la taquilla estadounidense, narra el sinceramiento del Reverendo Marcus, un exorcista fraudulento que antes de retirarse ha decidido ser parte de un documental que lo ponga en evidencia. Pero hete aquí que el último caso, referido a una adolescente llamada Nell, hija de un perturbado fanático religioso, lo exigirá mucho más de lo que había imaginado. La película tiene nervio y verosimilitud y algunos buenos personajes, y no se le puede desconocer unos cuantos legítimos sobresaltos, especialmente en su tramo culminante.