El film atrapa en un comienzo por el formato de falso documental, siempre efectivo a la hora de sugestionar, sobre un reverendo evangélico que tras veinticinco años de predicar y realizar trabajo de expulsión de entes malignos, decide que un equipo de rodaje filme el truco y la manipulación que ejerce.
Así que elige una carta al azar que lo conduce hasta la finca rural del devoto granjero Louis, quien presenta a su bondadosa e infantil hija Neil como la culpable de la muerte de gran parte de sus animales de granja porque esta posesa.
Es curioso lo que sucede con el film, que comienza exponiendo el extremismo religioso, quienes se aprovechan de ello y sus consecuencias, esto motiva y seduce al espectador adepto o no al cine de terror, pero lo empaña el decaimiento de la trama , cuando todo se vuelve muy previsible. Por otro lado la duda de que si se trata de una adolescente presa de un brote psicótico con un padre borderline y un hermano trastornado o si realmente esta dominada por un demonio maldito se sostiene muy a pesar de algunas situaciones que se van resolviendo de manera muy poco sustentable y hacen que el interés decaiga.
Los guionistas Gurland y Huck se inspiraron un famoso documental de los años ´70 : Marjoe, sobre un predicador que se confiesa, se elige como escenario la zona rural de Louisiana y se recurrió en todo momento a la improvisación para luego elegir las mejores escenas, siempre teniendo como regla no caer en el cliché ni en una versión desprolija de El Exorcista.
Se disfruta por la atinada elección del género semi mockumentary, que crea esa tensión e incertidumbre durante momentos, dosis de sangre reducidas y guiños de humor siempre desde un plano realista.