Mucho se puede criticar a El Último Hombre, pero creo que lo más valioso está en el intento. El que no arriesga no gana y viendo este thriller post-apocalíptico de producción nacional y canadiense, con figuras del exterior y hablada en inglés, me sorprendía al pensar que existiera un proyecto de estas características. El resultado está lejos de ser el óptimo y pareciera tener una idea de lo que quiere ser aunque nunca lo logre, pero sorprende en su inusitada ambición, lo que la convierte en una apuesta tan extravagante como fallida.