Esperanza y dolor en un retrato del pasado
Premiado en los festivales de Valdivia y Mar del Plata, este primer largometraje documental de Edison Cájas se acerca al movimiento social que sacudió a Chile en los últimos años con sus demandas de una educación pública accesible y de calidad desde una perspectiva bastante novedosa: si bien las imágenes de las multitudinarias marchas (y las constantes represiones de los carabineros) o las voces de los funcionarios y políticos están presentes, el director las deja siempre en un segundo plano, como marco y contexto de lo que es el verdadero eje del relato: las historias de vida de dos personajes opuestos entre sí, pero cuya participación en las protestas les cambia (y de alguna manera les da significado a) sus vidas.
Por un lado, un adolescente llamado Darío, que participa en una larga toma del Instituto Nacional, uno de los colegios más tradicionales de Santiago; y, por el otro, Miguel Ángel, un sexagenario ligado al tenis y con un buen pasar, pero que aún carga con las heridas del secuestro y las torturas sufridas en 1979, en plena dictadura de Augusto Pinochet. Así, pasado y presente, bronca y lucha, dolor y esperanza, se encuentran en un retrato que va de lo íntimo a lo político y alcanza algunos momentos de genuina emoción.