A la crítica nunca le convenció Total Recall 1990. Que traicionaba al espiritu de Phillip K. Dick y trastocaba todo en un vehículo de acción para el entonces floreciente superstar Arnold Schwarzenegger, o que el tercer acto estaba plagado de problemas... y un montón de paparruchadas más. Pero, para el resto del planeta, El Vengador del Futuro era (y es) una gran película. No sé si es un clásico, pero era inteligente y super entretenida y, lo que era mejor de todo, estaba plagada de momentos memorables. 22 años después llega esta innecesaria remake, clara muestra que en Hollywood las ideas se han muerto de hace rato, y de que creen que todo lo viejo, clásico y memorable, puede mejorarse con más plata y mejores efectos especiales (amén de contar con el prestigio de la versión original como herramienta de marketing).
El Vengador del Futuro 2012 es una bobada sobreproducida. Así de simple. Mientras que visualmente es un orgasmo - aquí hay un futuro gigantesco y detallada hasta lo más mínimo, influenciado por una docena de películas mejores que ésta, que van desde Yo, Robot hasta Blade Runner -, no hay ni un solo momento en que logre despegarse de la sombra del filme de Paul Verhoeven. Hay escenas idénticas, sólo que barnizadas con más dinero y hechas por actores más frescos; ni siquiera esas re-creaciones están re-armadas con inspiración o esmero. Por ejemplo cuando el protagonista llega a la agencia que implanta recuerdos, toda esa secuencia está hecha con absoluta desidia. Podrían haber construido un clima de tensión - en vista de que algo está saliendo espantosamente mal con el implante de recuerdos - pero, en cambio, lo que obtenemos es un par de botoncitos en rojo, un ejército que entra enseguida al lugar, y Colin Farrell liquidando a 20 tipos..., todo esto, confeccionado en menos de 10 segundos. Lineal, insípido y vulgar.
Estos tres adjetivos podrían aplicarse al resto del filme. La sorprendente revelación de la amada esposa como una super asesina que quiere partir en dos al protagonista es arruinada por la torpeza del director, quien parece mucho más interesado en llegar a las secuencias de acción que en intentar crear algo de suspenso. Todo es demasiado exagerado - las balaceras, las persecuciones, las revelaciones -, matando todas las posibilidades de "piedad" que uno - habiendo visto el filme de 1990 - podría tener con esta remake.
Los problemas se acumulan. Si bien el director (Len Wiseman, el mismo de Ultramundo) es malo para crear tensión, el peor ofensor de los sentidos es el auteur Kurt Wimmer, guionista de este engendro y un tipo especializado en crear bolazos siderales como Equilibrium, Ultravioleta, Ciudadano Bajo Vigilancia o Agente Salt (y la lista sigue de manera interminable). Wimmer troca la Marte original (y el conflicto principal de la trama, que era que el consumo del aire estuviera en manos de una corporación) por una alegoría sobre Primer y Tercer Mundo y rebosa idiotez por los cuatro costados. El mundo se murió a causa de la contaminación, y quedan sólo dos paises, ubicados en las puntas opuestas del planeta, los cuales están unidos por un tren que atraviesa el centro de la Tierra (tsunami de WTF!). En un país trabajan y en el otro viven de los recursos de los laburantes. A medida que la trama avanza e intenta profundizar sobre la existencia de los explotadores y la utilidad del dichoso tren, el indicador de estupidez general rompe varias veces el límite de lo tolerable. ¿Por qué, Dios, consideraron que ésta imbecilidad era mejor que setear todo el argumento en Marte - tal como el libreto original de Dan O'Bannon -?. ¿Era porque tenían que justificar sus honorarios como libretista? ¿Para qué se hicieron los originales con esto, si el resto del libreto es un calco exacto del script del filme de 1990?.
Lo único que salva de la quema a Total Recall 2012 es Kate Beckinsale. Debo confesar que prefería a Sharon Stone en el papel original, pero acá decidieron fusionar el rol de esposa asesina con el de sicario del villano (que hacía Michael Ironside en el filme de 1990) y, al cabo de un rato, la Beckinsale termina por descollar en lo suyo. Cuando se acerca el climax la inglesita transpira veneno por todos sus poros y nos hace olvidar que es una chica menudita que jamás podría doblarle el codo a Collin Farrell.
El Vengador del Futuro 2012 es una película que no vale la pena ver. ¿Un consejo?. Alquile el original de 1990. Es más violenta e inspirada, y tiene a Arnie demoliendo gente. Aún cuando el filme de Paul Verhoeven se vea más pobre, hecho en estudios, y con efectos especiales antiguos, supera por años luz a esta paparruchada de segunda mano que, aunque viene barnizada de oro, no logra camuflar su pobreza creativa.