En los años 90, la película original con Arnold Schwarzzenegger marcó toda una época. Era una visión colorida, por momentos humorística de un futuro inquietante, basada en el cuento de Phillip K. Dick. Esta remake trae la estética que ahora impera en la ciencia ficción, que muestra un mundo posapocalíptico con dos lugares donde vivir: una zona ubicada en Europa y la otra en Australia, pobre y sometida, a la que se llega por un ascensor que atraviesa el centro de la tierra. Acción, efectos especiales, coincidencias y diferencias, comparaciones inevitables, pero un entretenimiento válido, con un intenso y sensible Colin Farrell.