Remake del film homónimo de 1990 dirigido por Paul Verhoeven y protagonizado por Arnold Schwarzenegger, que desarrolla un relato con notables diferencias argumentales, con buenas dosis de acción y con correctas interpretaciones, pero que carece de la imaginación y de la intrincada trama que sí estaban presentes en el film original y que, en especial, se convierte en una propuesta tan artificial como la gran cantidad de efectos especiales aquí creados.