Enciclopedias Philip K. Dick
A poco más de dos décadas, llega esta remake de El vengador del futuro. Y resultan más o menos curiosos los motivos que la movilizan: por un lado parece querer contar algo nuevo, tener su propia visión sobre el cuento de Philip K. Dick en el que se basa, pero a la vez no puede avanzar más que por referencia hacia aquella dirigida por Paul Verhoeven. En esa indefinición se suceden algunas secuencias originales y otras antojadizas, como puestas sólo en función de distanciarse de la inevitable comparación. Y es en esa mezcla entre independencia y tributo, que queda claro que mientras aquella, con sus falencias, era la obra de un director con una visión, esta es más la obra de un artesano que pone la cámara y filma con mayor o menor pericia, pero que no tiene forma de desarrollar una personalidad: Les Wiseman, su director, es alguien con algo de habilidad para la acción, y eso había quedado demostrado en la divertida Duro de matar 4.0. Pero hay algo más, y es que se huelen aquí y allá múltiples referencias a otras adaptaciones de Dick hechas en el cine, especialmente Blade Runner y Minority report, por lo que El vengador del futuro 2012 puede ser vista como un compendio, una enciclopedia K. Dick con guiños constantes, hecho que atenta también contra la personalidad de la obra.
Para quienes vieron el film con Arnold Schwarzenegger, en esta nueva versión fue eliminada toda la trama que ocurría en Marte. Así las cosas, el choque de sociedades está dado en la misma Tierra, con una gran potencia oponiéndose a un territorio conocido como La colonia, donde viven los trabajadores y desprotegidos que hacen funcionar el sistema. Ese mundo oscuro, sórdido, luce desde el diseño como el ciber-punk distópico de Blade Runner. Allí vive nuestro anti-héroe, un Colin Farrell que se diferencia notablemente de aquel más ingenuo que hacía Schwarzenegger: es que el film de Wiseman es más hijo de nuestro tiempo. Mientras que Verhoeven construía un relato en el que chocaban una ambientación clase B de ciencia ficción cincuentera con la más novedosa tecnología digital, en un film que hoy puede ser visto como el puente entre el cine de fantasía algo naif de los 80’s con el de acción que estaba por venir, esta nueva versión intenta acercarse más al espíritu paranoico del autor, con una ambientación más oscura y actuaciones menos grotescas: se podría decir que esta El vengador del futuro es más seria, que no solemne, y deja de lado cualquier acercamiento al absurdo que le era tan afecto a Verhoeven y especialmente al guionista de aquella, Dan O’Bannon.
No podemos decir que El vengador del futuro sea un mal film, pero sí que luce inferior a su original, y que incluso resulta bastante innecesario si tomamos en cuenta que no agrega demasiado. Lo curioso, reiteramos, es el empeño puesto en mostrarse diferente, pero a la vez subsidiario del de 1990. Innecesariamente subsidiario. Para ello, dos ejemplos bien gráficos: cuando Colin Farrell recorre cierto barrio sórdido de su ciudad, se topa con una prostituta que tiene tres tetas. El chiste, aquí, no sólo que carece de sorpresa, sino que además es injustificado y sólo se entiende en función del “homenaje”: la prostituta de tres tetas que avanzaba a Schwarzenegger era una mutante y vivía en Marte. En este film de Wiseman lejos estamos de los mutantes y, mucho más, del sentido del humor perverso de Verhoeven. El otro ejemplo es más entendible, y tiene que ver con una secuencia que ocurría en una terminal, donde se descubría que Schwarzenegger se ocultaba disfrazado de mujer. Escena iconográfica de aquel film, quienes lo vieron no se olvidan de la mujer grandota vestida de amarillo, a la que se le volaba la peluca y quedaba calva. En la versión 2012, el aspecto de aquella mujer es replicado, pero se trata de un engaño hacia el espectador: Farrell aparecerá, pero disfrazado de otro personaje. Lo llamativo es que la presencia de la mujer resalta especialmente porque dentro un film donde sobresale lo gris, lo oscuro, ese saco amarillo resulta inconfundible y hasta llamativo. Es un guiño que funciona como tal y que hasta resulta simpático, pero que a la vez nos hace preguntar sobre lo apropiado de esta remake o nueva adaptación del cuento.
No obstante, y más allá de todas estas cuestiones que podemos señalar, hay que reconocer aciertos parciales como el hecho de darle más importancia al personaje que interpretaba Sharon Stone en el original (aquí llevado adelante por una discreta Kate Beckinsale -funciona más corriendo que hablando-: la disputa entre ella y Jessica Biel es de lo mejor de esta versión) y que Wiseman es un director que se luce en las secuencias de acción, y obviamente es allí hacia donde apunta sus cañones esta remake -es verdad que hay toda una subtrama política (con un Bryan Cranston desaprovechado), pero la misma se pierde entre tanto ruido, además de ser irrelevante y poco profunda-. Sobre la acción, decir también que alguna persecución automovilística se parece demasiado a una escena de Minority report, algo que no parece tan casual si tomamos en cuenta la pasión de esta versión por acumular elementos de Dick anteriores llevados al cine. En cierto sentido, es como si esta El vengador del futuro quisiera construir un universo cerrado sobre sí mismo, un universo cinematográfico que se apodere del autor, y donde los personajes de Harrison Ford, Tom Cruise y Colin Farrell puedan cruzarse en alguna esquina. En todo caso, el inconveniente de este film es no estar a la altura de aquellos a los que pretende homenajear. Es en definitiva una buena película de acción, entretenida y llevadera, pero no mucho más.