Desde que su mujer se fue, Mario se ocupa solo de su hogar y de cuidar a sus dos hijas en plena crisis de adolescencia. Frida, de 14 años, lo culpa de que su madre se haya ido. Nilki, de 17, solo sueña con irse de su casa. Mario, por su parte, sigue esperando que algún día su mujer regrese a casa.