"Amor desde polos opuestos"
El escritor Nicholas Sparks sigue con su racha de llevar sus novelas románticas y empalagosas al cine. Poco después de “Lo mejor de mí”, ahora nos llega “El viaje más largo” bajo la dirección de George Tillman Jr.,(“Hombres de Honor”).
Protagonizada por Scott Eastwood -sí, el hijo de Clint-, esta película cuenta la historia de Luke Collins, un vaquero del siglo XXI que se gana la vida domando toros. Su contraparte es Sophia, interpretada por Britt Robertson, que en el otro extremo de los gustos estudia arte moderno. Es una historia de amor a primera vista, donde deben aprender a congeniar estilos de vida prácticamente opuestos.
Este planteo no es muy diferente a otras películas románticas a las que estamos acostumbrados, y es extremadamente fiel al estilo de Sparks como hemos visto en “Diario de una pasión”. Para añadir un poco más de dulzura a este cóctel, la pareja salva la vida de un anciano luego de un accidente de tránsito. Este le contará a Sophia, a través de cartas antiguas que él tiene guardadas, su propia historia de amor. Con flashbacks mechados en forma de episodios con el arco de Luke y Sophia, la narración sobre el anciano Ira y su esposa Ruth se convertirá en la historia dentro de la historia. Estos dos arcos muestran obvios paralelismos y acabarán uniéndose.
La interpretación de Scott Eastwood sorprende para bien. Muchas veces, en casos como estos nos encontramos con una cara bonita y portación de apellido (podríamos citar el caso de Dakota Johnson y su infame Anastasia en “Cincuenta Sombras de Grey“). Pero el joven Eastwood sorprende con una buena interpretación, mezclando momentos de dulzura y caballerosidad con otros de chico malo; siempre atravesado por un gran nacionalismo. Una buena herencia paterna, eso seguro. Por otro lado, Britt Robertson, que viene de la serie “Under the Dome” y está a punto de protagonizar “Tomorrowland“, está a un nivel actoral aceptable pero no tan destacado.
Aun así, debemos tomarnos un momento para hablar sobre el guión. Para las fanáticas de este tipo de películas, está muy bien. Pero si vamos a hilar más fino, más de lo mismo en el género romántico súper empalagoso. No sólo es una historia trillada, sino que repite una y otra vez el recurso conocido como deus ex machina. Esto es un elemento externo que aparece como por arte de magia y resuelve todo oportunamente, pero rompiendo la coherencia interna de la historia. Pasa en casi todos los guiones alguna que otra vez, pero cuando se usa en forma abusiva, la historia se vuelve predecible hasta lo incómodo.
Una película que se queda a mitad de camino, con buenos actores pero un guión que no termina de cumplir. De todos modos, ¿A quién no le gusta una historia bien dulce y feliz alguna vez? Aunque sea una historia bastante irreal, por cierto; para ver entre mujeres y disfrutar de las vistas del joven actor. Y quizá con algún chocolate ahora que empezó el otoño.
Agustina Tajtelbaum