Dado vuelta estás vos
Robert Zemeckis vuelve a la ficción con actores tras Náufrago (gran película) y doce años de experimentar con la animación 3D. El resultado final de su último trabajo es, irónicamente, un nuevo naufragio. Una caída en un mar de moralina que aún así tiene un par de rasgos redimibles, sobre todo por el lado de las interpretaciones.
Denzel Washington está perfecto en su rol porque en el fondo siempre compone el mismo personaje, dueño de una nobleza interior que lo salva de sus ocasionales desvíos. El tema es que siempre termina haciendo lo mismo y entonces uno puede anticipar cualquier resolución de una trama que lo incluya. En este caso es un piloto tan talentoso como descarriado que no tiene ningún problema en realizar su trabajo bajo los efectos del alcohol y las drogas. Hasta que un accidente aéreo lo pone en el centro de una investigación que amenaza con hacer públicas sus adicciones. Un punto a favor del argumento (prácticamente el único, pero importante) es que el accidente no guarda relación con una mala praxis del piloto.
Don Cheadle y Bruce Greenwood son dos grandes actores que cumplen como siempre en sus roles secundarios. Y el personaje compuesto por John Goodman (dealer del protagonista) parece trasplantado de algún film de los hermanos Coen, y con eso le alcanza para quedar como lo más destacado.
El problema es el enfoque que se le da a un tema muy interesante, esa búsqueda de redención que tan bien saben plasmar cineastas como los hermanos Dardenne, y tantos otros. Pero la propuesta, en este caso, simplemente no está a la altura, y termina transformándose en una víctima más de su propio vuelo bajo.