Entretenimiento de alto vuelo
"El Vuelo" de Robert Zemeckis es un drama atrapante de principio a fin, con ese toque de alta producción que siempre caracteriza a su trabajo, pero sin dejar que el despliegue pomposo lo desvíe del objetivo que tiene trazado. Leí algunos comentarios que la ponderaban como una de las producciones más desafiantes y reveladoras del año, cuestión con la que no coincido y considero un poco exagerada, pero sí podemos decir que se trata de un drama muy bien logrado y con algún toque de irreverencia en la personalidad de los protagonistas que forman parte de la historia, lo que hace a la propuesta más atrayente. Recordemos que Zemeckis ha dirigido películas fundamentales como "Forrest Gump", "Volver al Futuro" 1, 2 y 3 y "Contacto". También estuvo a cargo de otros trabajos muy populares como "Náufrago" y "La muerte le sienta bien", por lo que estamos al frente de un gran realizador, de vasta experiencia y un sentido del entretenimiento muy poderoso. En "Flight" se vuelca sobre una historia que se podría señalar como menor, sin tantas referencias a las máximas de la vida como lo hizo en "Forrest Gump" y más centrada en un relato específico, en el que observamos el descenso de una persona perdida por los vicios. Denzel Washington interpreta a un piloto de vuelos comerciales cuya vida ha sido condicionada por su adicción al alcohol y las drogas. Hasta el momento nunca había tenido algún problema grave provocado por sus adicciones, pero un día el avión que piloteaba falló y se produjo un accidente que terminó con la vida de 6 personas. La trama juega con las propuestas de que el accidente se haya producido por negligencia del piloto o que en realidad, nadie habría salido vivo si no fuera por las maniobras que llevó a cabo el mismo, más allá de que su estado para pilotear no era el óptimo.
Hay 2 pilares fuertes que sostienen este film, en 1er lugar, el trabajo de los actores es buenísimo, creíble, bien compuesto y con mucho carisma, sobre todo su protagonista Denzel Washington, que sin perder esa característica pose de "soy un tipo muy cool", logra involucrar y generar sensaciones encontradas acerca de los desafíos que debe enfrentar en la trama. Las cortas pero interesantes intervenciones de John Goodman son muy disfrutables también.
El 2do pilar tiene que ver con el formato narrativo que propone Zemeckis, manejando a la perfección los distintos momentos, generando tensión y angustia en la medida justa. La verdad es que los 138 minutos que dura el film se me pasaron bastante rápidos, consecuencia seguramente de la gran dinámica que le imprimió el director.
Un drama de alto vuelo para disfrutar, que consolida la experiencia interpretativa de Denzel y reafirma el buen ojo de Zemeckis para entretener con calidad.