Otra cruda radiografía de Trapero
Con extrema crudeza Pablo Trapero se mete en una villa para trazar otra violenta radiografía sobre la marginalidad. Y lo hace teniendo como protagonistas a dos sacerdotes y una asistente social. El filme se abre con una secuencia oscura: un cura sobrevive a una matanza de los narcos en la selva del Amazonas. Y allí conocerá el miedo, la culpa y también el verdadero rostro de la violencia. Ya en Buenos, se incorporará a la parroquia de Ciudad Oculta, a cargo de un padre Julián que hace lo que puede ante una realidad que no sólo los supera, también le quita vida y esperanzas. La villa es otra selva: están los vecinos, los narcos, los adictos, los asistentes, los buchones, los vendedores, la policía. Y todos metidos en un barrial que mezcla reclamos, necesidades, desesperación, dolor, bronca, venganza. ¿Qué hacer y cómo?
Con esta película valiente, difícil, pero también sangrienta y despareja, Trapero confirma que, en el cine nacional, nadie filma como él. No hay un detalle que no le sume vigor y certeza a esta reconstrucción realista y vertiginosa que vale como un homenaje al padre Mujica. Todas las actuaciones son perfectas, todas las caras son ciertas, todas las secuencias son creíbles. Pero Trapero no se conforma con el registro vívido y visceral de ese mundo. También explora y plantea sus dudas sobre el genuino poder de la solidaridad, el porqué de la violencia, la indiferencia de los que deciden, la cómoda mirada de las autoridades de la iglesia y de la clase política. Los dos curas y la asistente social pelean contra todos, con poca compañía y más dolores que logros. Y Trapero, como balance, apela a otro final demoledor (como en "Carancho") que no les dejará salida ni esperanza.
Algún alarde, alguna excesiva crudeza al retratar la violencia, algún innecesario atajo argumental (el final de Julián), le restan rigor a este filme valioso, que emociona, pega y duele. La marginalidad -parece decirnos- es como ese edificio inacabado que le da título al filme: si los que deciden no se deciden, no terminará nunca.