Una interesante forma de narrar
Andréi Zviáguintsev nos coloca, en los primeros minutos, en un estado de incomodidad por la lentitud con la que avanza el film, situando la cámara en diferentes lugares y dejándola estática. De esta manera, el director nos invita a codificar con imágenes y objetos el tema de la película y las personalidades de los protagonistas. Esta primera impresión, que luego se continúa pero mucho más debilitada, genera cierta curiosidad sobre que lo se va abordar. Pero en el correr de lo minutos esta expectativa empieza a caer, por la esa morosidad que en un principio provocó entusiasmo.
Nos encontramos frente a un film que se basa, sobre todo en la primera mitad, en las imágenes. Desde un principio, cada espacio que se enfoca forma una parte esencial del discurso. No hay casi diálogo entre los actores y, sin embargo, sus objetos y formas nos van mostrando su personalidad. El recorrido interno en las dos casas en donde confluye casi toda la película da cuenta de dos vidas completamente distintas. Por un lado, nos encontramos con una casa enorme, que delata gran poder adquisitivo. Vemos, también, la frialdad con que está decorada y el gran orden que mantiene, que condicen con la personalidad del dueño de la casa. El director elije mostrarnos a cada uno de los personajes con sus propias acciones, vemos a la esposa, Elena, hacer en repetidas oportunidades la misma tarea o tener las mismas reacciones. En la rutina de ella, observamos la sumisión que mantiene, no sólo con su marido sino en general con su vida, con su hijo responde con el mismo acatamiento. Por momentos, parece un objeto Elena, a nadie le interesa en verdad qué es lo que quiere ni cómo se siente, sólo la utilizan para obtener de ella sus beneficios.
Por el otro lado, nos encontramos con el departamento del hijo de Elena, que es sumamente reducido, más ruidoso e inclusive más desordenado mostrando a una familia de posición económica más humilde y conflictiva. La familia está constituida por el padre, la madre y sus dos hijos. Toda ella depende de la economía del esposo de la madre porque ellos no tienen un trabajo estable.
Es muy interesante cómo los primeros minutos nos cuentan qué va a pasar en el resto del film. Aunque la película se torna muy lenta a medida que va avanzando y no logra ser del todo atractiva. El juego con la imagen encuentra sus limitaciones al verse saturado y sin el acompañamiento de momentos de acción. Hay en la película una sola escena en donde vemos un quiebre. Cuando el hijo de la pareja muestra de alguna manera que su intención no es en lo más mínimo estudiar y sale a la calle con sus amigos. El volumen del sonido se vuelve mucho más alto y ruidoso, es acompañado por imágenes más oscuras. Antes bien, y durante todo la película, tenemos un ambiente sereno con imágenes color pastel. Un ambiente entre sombrío y decadente.
Aunque no termine siendo del todo atractiva, considero que la forma de narrar que adopta el director es arriesgada y genera mucho más respeto que otro tipo de film. A su vez, rompe con la rutina a la que estamos acostumbrados para mostrarnos nuevas formas de contar una historia.