"La ventana incorrecta"
De la mano de los productores Jason Blum y Timur Bekmambetov llega a los cines una de las propuestas de terror más llamativas, en materia de realización, de este 2015. ¿Eso la hace una buena película? No, ya que al igual que el resto de sus antecesoras, “Eliminar amigo” deja en claro que este género está atravesando una de sus peores crisis en los últimos años.
El desconocido realizador ruso Leo Gabriadze es el responsable de llevar adelante “Unfriended“, un proyecto que desde el arranque nomás deja en claro dos cosas: El formato visual es el único y gran aliado de la película mientras que sus insulsos protagonistas son los verdaderos malos con los que tendrá que lidiar el espectador durante todo el metraje. Es por eso que, básicamente, “Eliminar amigo” funciona más como una radiografía de lo que es el cine de terror en estos días que como una propuesta digna de ver en la pantalla grande.
Copiando de forma descarada todo lo mejor que ofreció la vanguardista “Open Windows” de Nacho Vigalondo (pudimos verla en MDQ el año pasado) y aquello que nos asustó en el celebradísimo corto de terror argentino “Alexia” de Andrés Borghi (pueden verlo acá), “Unfriended” narra la historia de un grupo de amigos que en plena sesión de Skype se ven amenazados desde el más allá por el espíritu de una estudiante que tiene varias cuentas pendientes con algunos de sus ex compañeros.
Gabriadze aprovecha al máximo el formato para ofrecer algunos momentos más que intensos y atrapantes, sobre todo durante el segundo acto de la película, cuando la sugestión y los microclimas de suspenso aparecen en pantalla. A partir del tercer acto, como era de esperarse, “Eliminar amigo” se vuelve completamente gráfica, exagerada y absurda para decantar así en un resultado tan obvio como aburrido.
Pese a que en el primer acto el espectador también tendrá que soportar nuevamente una serie de clichés tan oxidados como innecesarios para el cine de terror (adolescentes con las hormonas al rojo vivo, drogas, charlas sin sentido y muchos guiños hacía la cultura pop moderna), es la novedad del formato la que lo mantendrá pegado a la butaca. Repito: No hay nada de original aquí, ya que es lo mismo que pudimos ver en “Open Windows” el año pasado.
Sin embargo, una pequeña lectura entre lineas del conflicto que presenta “Unfriended” nos invita a reflexionar sobre una peligrosa tendencia actual como lo es el cyberbullying. Ahí radica quizás uno de los aciertos (¿involuntarios?) de la trama de esta película que más allá de sus errores y la falta de originalidad “honesta” terminará siendo una pequeña brisa de aire fresco para aquellos que se apegan exclusivamente al consumo de contenido cinematográfico mainstream.
“Unfriended” llegará tarde entonces para aquellos que, ya sea a través de festivales internacionales, cine independiente o internet, estan acostumbrados a disfrutar de propuestas visuales arriesgadas que reflexionan (algunas con más libertades que otras) sobre los limites impensados que puede alcanzar un click en la ventana incorrecta.