En mayor o menor medida, todos sabemos quién es Harvey Weinstein y su historia. En octubre de 2017, The New York Times y The New Yorker publicaron decenas de acusaciones de abuso sexual en su contra. Como consecuencia fue expulsado de su compañía y de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas. Además, fue arrestado, declarado culpable, y sentenciado a 23 años de prisión.
Maria Schrader, directora de «Poco Ortodoxa», adaptó el libro escrito por Jodi Kantor y Megan Twohey sobre este tema en 2019, para crear «She Said», una película que se centra en estas dos mujeres periodistas que publicaron una investigación periodística sobre los abusos sexuales del productor que desencadenó el movimiento #MeToo en todo el mundo y rompió décadas de silencio sobre el tema de las agresiones sexuales en Hollywood.
«She Said» es una película necesaria e importante, que muestra los abusos tanto físicos como de poder que ocurrieron en Hollywood, el machismo, el ocultamiento de estos hechos, y cómo poco a poco las mujeres se fueron animando a contar su realidad.
Esto es contado a través de un tono bastante tenso y dramático, y, a pesar de que conocemos la historia real, con mayor o menor detalle, la película nos va sorprendiendo a medida que avanza el relato y lo que van consiguiendo las protagonistas. También tenemos instantes emotivos y conmovedores, principalmente cuando podemos ver la valentía y empoderamiento de las mujeres.
Lo que llama la atención, de manera positiva, es que se exponen casos reales con nombres y apellidos de celebridades que se animaron a denunciar y que acá vuelven a mostrar su cara, como Ashley Judd. Además, es una buena decisión no mostrar a la figura de Harvey Weinstein, quedando simplemente como un peligro oculto al acecho constante. Esa sombra amenazante que hizo daño y que ahora no tiene forma de defenderse.
De todas maneras es muy arquetípica en su estructura. Cae en varios lugares comunes de películas sobre investigaciones periodísticas como «Todos los hombres del presidente» (1976), «Spotlight» (2015), entre tantas otras. Por ejemplo, cómo van recolectando la información, abordando los testimonios, mostrando las dificultades por las que atraviesan en su búsqueda y su logro final.
También es un poco extensa en su desarrollo, y esto hace que por momentos la trama se vuelva repetitiva, sobre todo en aquellos instantes en los cuales buscan hablar con las mujeres implicadas. Si bien es lógico mostrar que no fue un proceso fácil, se podría haber resuelto en menor tiempo, ya que esta frustración y dificultad por conseguir los testimonios que quisieron transmitir se construye de una manera monótona.
Por otro lado, «She Said» es muy sólida a nivel actoral e interpretativo. Zoey Kazan y Carey Mulligan hacen un buen trabajo para componer a las protagonistas. No solo son dos periodistas en busca de la verdad, sino que también desarrollan a sus personajes y muestran el contexto en el cual viven. Le dan una gran importancia a su rol como mujeres, madres y su vínculo con sus propias hijas. Esto está bueno porque nos brindan un marco para conocerlas mejor y empatizar con ellas. Aunque, también, al tratar muchas subtramas o conflictos de los distintos personajes que presentan, por instantes dejan de lado a algunos secundarios, se olvidan de ellos o de las historias paralelas que estaban contando.
En síntesis, «She Said» es de esas películas que son necesarias difundir por lo que significan. El film logra mostrar la valentía de muchas mujeres y el calvario que tuvieron que vivir, algo que ya estaba naturalizado en Hollywood. Poder transformar el sistema desde adentro, aunque sea un poco, es algo válido y heroico que todos deberían conocer. A eso se le suman las buenas actuaciones de sus protagonistas y algunas decisiones interesantes de la misma historia. Pero también peca de ser un poco monótona por su largo desarrollo y caer en varios lugares comunes de este estilo de films.