Hace veinte años Karina se convirtió en la primera abogada gitana de Argentina. Un punto de inflexión en la historia de una familia y una comunidad. Una serie de retratos íntimos de mujeres que dialogan sobre la transmisión, la pertenencia y la ruptura.
El filme se construye a base de reportajes con cámara fija, entre ellos aparecen escenas de la vida cotidiana de los personajes de esa comunidad gitana en Neuquen, a modo de intersticios.
El problema es que en principio los personajes, salvo la abogada, no son demasiado interesantes, además hay muy poco de los temas que presenta la síntesis argumental. Entre su estructura y la inocuidad de lo que se expone, el filme más que aburrir, presenta el interrogante sobre la importancia de lo que se expone.
Ni siquiera logra romper con el prejuicio que la sociedad en general tiene para con las personas de esa comunidad.