Arranca con una violación. Pero a partir de allí todo será distinto. Ella es una mujer que viene de un pasado barroso, con un padre perverso. Desde entonces aprendió a no dar lástima. No quiere ser víctima. Y tampoco lo será ahora, que es una mujer hecha, empresaria exitosa, madre protectora y amante exigente. Por eso, en lugar de la denuncia y el dolor, elige explorar ese oscuro espacio que se abre más allá de un ataque brutal que la obliga repensar no sólo sobre la violencia, sino también sobre los raros caminos que recorre el sexo, la venganza y el placer. Lo hace por el hoy incierto y por el ayer sufrido. Sin límites ni culpas.
Distanciada, orillando el absurdo, a ratos fría y pretenciosa, aunque siempre inquietante y audaz, “Elle” tiene en Isabelle Huppert a su intérprete ideal; ella en plenitud asume aquí el rol de esta buena señora que desafía sus recuerdos, sus amores, sus gustos y hasta sus amigas con tal de meterse dentro del alma humana (de ella y del violador). Sofisticada, con una extraña mansedumbre a la hora de demoler tantos prejuicios, “Elle” se esconde bajo el disfraz de un juego maligno. Su aire subversivo y perturbador quiere denunciar la hipocresía de un mundo que se aferra tanto a sus estereotipos que cuando surge alguien que lo desafía nadie sabe dónde ponerse.