(Advertimos que esta nota cuenta elementos fundamentales de la trama)
Explorando el terreno de la perversidad
Elle, de Paul Verhoeven, -el director holandés de Instintos básicos (1992)- es una adaptación de la novela Oh del francés Philippe Djian. Cuenta en su reparto no solo con la gran Isabelle Huppert sino también con Laurent Laffite, Virginie Efira, Charles Berling, Anne Consigny y Judith Magre. Es el décimo sexto largometraje, a sus 78 años, del realizador.
Tener la pretensión de realizar una sinopsis de este thriller psicológico con múltiples tramas, no es que sea una tarea imposible sino que probablemente sea una elección reduccionista. Ya que no contribuye a dar cuenta de todas las virtudes del favorito en Francia para representar a su país en la preselección de los Premios Oscar.
Isabelle Huppert realiza una de sus mejores interpretaciones en su intensa y genial carrera. Caracterizada por una sensualidad perturbable, en la que se borran los límites entre el bien y el mal, donde el temor, el miedo y la vergüenza no alcanzan para frenar las pulsiones. Terreno en el que reside la maravilla de una trayectoria tan prolífica, como premiada.
Sí, …hay un solo premio que no ha obtenido, y ese es el Premio Oscar. La historia es más o menos así: Michele acaba de ser violada brutalmente en su casa, por un encapuchado con ropa de esquí. Ella no da cuenta a la policía porque no quiere darle motivos a la prensa para usar una historia macabra que vivió cuando niña. Es una empresaria exitosa, separada de un marido al cual cela, con un hijo que le falta madurar, y cuya pareja acaba de tener un hijo, que ha reconocido como propio, aunque visiblemente no lo es. Mantiene una relación superficial de algunos meses con Robert. el marido de su mejor amiga Ana, quien es una bisagra en su vida. No sólo por su cercanía de orden amoroso, sino por una comprensión, y una cercanía del orden de lo espiritual. Por otra parte Ana y Robert son socios en su empresa de video juegos, también muy particular, cuyo contenido potencia la atmósfera enrarecida. Su padre, en la década del 60, salió de su casa enfurecido por un hecho trivial y asesinó a 27 personas incluyendo niños, (a los cuales solía hacerles la señal de la cruz en la frente cuando asistía a misa los domingos ). Eso sin contar los 6 perros y otro tanto de gatos. En ese entonces ella tenía 10 años y fue protagonista de una emblemática foto, que dio vueltas el mundo, y ahora estaba olvidada, como casi todos los registros de los acontecimientos trágicos, porque de otro modo no se podría sobrevivir. Allí Michele aparece parada, con su mirada vacía mirando a la nada…con todo el cuerpo lleno de cenizas y en medio de un caos. Ya que su padre luego de matar a medio pueblo intentó quemar toda su casa. Hecho que le valió para la prensa el nombre de – la niña ceniza- Paralelamente al episodio de la violación, su padre intenta tener una audiencia para pedir su libertad condicional, la cual le es denegada por 10 años más. Por otra parte, su madre es una mujer que no ha aceptado el paso del tiempo, y que se encuentra desfigurada por cirugías estéticas mal hechas, y anuncia patéticamente en una fiesta de Navidad, que va a casarse con un hombre que puede ser su hijo, y que vive de lo que la hija le provee. En realidad ella es el sostén económico de toda la familia. En esa misma fiesta inicia un coqueteo con su vecino de enfrente, quien estaba también invitado con su mujer. Mientras busca al culpable dentro de su empresa, deja a Robert, y le cuenta la verdad a su amiga. De allí en más el deseo de vengarse, se entrecruza con su impulso más genuino, que es el que genera ese estado emocional por momentos confuso. Aunque es claro desde el inicio que ella cuenta, a pesar de lo vivido, con la suficiente fuerza para demoler a quien intente destrozarla.
Si bien en una primera instancia el peligro y la violencia suscitan terror en el espectador. Luego el suspenso se concentra en su problemática privada… es decir, en el lugar desde donde se expone mentalmente.
Una de las estrategias narrativas son los flashbacks, que nos permiten conocer los traumas de su pasado. Lo que por otra parte hace que por momentos no sepamos qué es real y qué es producto de la imaginación. O sea, si son sus situaciones traumáticas las que provocan sus filias y deseos reprimidos, o si simplemente este es su verdadero yo, característica del géner, que hace además que estas emociones no puedan sernos reveladas.