Paul Verhoeven siempre hizo películas fuertes, pensadas para provocar al espectador. Partiendo de esta base, "Elle" es una de las más personales, ya que propone un laberíntico estudio de comportamientos amorales de gente civilizada. El film tiene un clásico comienzo de thriller, con un hombre enmascarado violando a Isabelle Huppert. La protagonista reacciona con curiosa calma al ataque, e inclusive ni hace la denuncia a la policía. Luego, durante una cena con amigos en un elegante restaurante comenta que la violaron con el mismo tono casual de cualquier hecho intrascendente. Pronto empieza a sentirse acechada, y se hace a la idea de que el violador es un hombre que conoce, y que puede estar en su círculo social o laboral. Mientras tanto, en su mente se repite la violación una y otra vez recreando distintos detalles, casi como una obsesión perversa o masoquista.
Durante un buen tramo, Verhoeven nos hace creer que "Elle" es un thriller psicológico sobre una mujer violada que quiere vengarse de su misterioso agresor, pero poco a poco las pesquisas sobre los múltiples sospechosos se van interrumpiendo para enfocarse en otros aspectos de la vida diaria de la protagonista, como los conflictos con el personal masculino de su productora de videogames llenos de sexo y violencia, la novia embarazada de su hijo, o las intenciones de su madre de casarse con una especie de taxi boy. Y pronto también se revela que su padre está preso por crímenes aberrantes cometidos años atrás, cuando ella era una niña, detalle que justificaría por si solo que sus mecanismos mentales tengan una lógica particular.
Verhoeven, a quien le gusta jugar con el espectador, aquí lo hace a lo grande cambiando de climas y hasta de géneros en una misma secuencia, y para eso encuentra una herramienta única y extraordinaria en el talento de Isabelle Huppert, sin cuya actuación esta película no tendría sentido. Con un solo gesto ella puede darle sentido al diálogo más extraño, y demuestra la mayor exactitud para transmitir un amplio rango de emociones, para luego rematarlas con los diálogos y acciones moralmente ambiguas que propone el guión. Su trabajo es impresionante, y esencial para darle a esta historia una multiplicidad de lecturas. Justamente, essa es la gran cualidad de "Elle".