Oh, la, la, el cine francés… Un género en sí mismo que siempre nos sorprende con personajes carismáticos y enredados. Esta película que marca el gran regreso de Paul Verhoeven (Bajos instintos, 1992) a sus raíces, es sin duda alguna un imperdible de la temporada de premios, aunque haya tardado más de la cuenta en llegar a nuestras salas. Con una actuación exquisita por parte de Isabelle Huppert, que le valió el Globo de Oro en la categoría dramática y una nominación al Oscar que si no hubiese sido por la forma en que La La Land acaparó la atención de todos los soñadores hollywoodenses, sinceramente era la merecedora del premio; ELLE es un relato sorprendente por donde se lo mire, aunque tan complejo que hasta nos da miedo pensar más allá y caer en la perversidad.
El director no dejó detalles librados al azar en este film que se jacta de ser un thriller donde una mujer víctima de una violación busca al responsable de tan inhumano acto. Al principio todo marcha bastante bien, pero con el correr de los minutos, la historia se torna cada vez más y más oscura, guiándonos hacia un inesperado desenlace. Nacida en el seno de una familia marcada por un traumático hecho en el que su padre fue condenado a prisión por asesinar a más de 20 personas, incluidos niños, Michelle se las ha apañado demasiado bien para dejar atrás ese pasado. Sin embargo, siempre se dan a su alrededor detalles que se lo recuerdan. Claro que con semejante background, uno no puede esperar cordura por parte de la protagonista, pero sin darnos cuenta pecamos de prejuiciosos, hasta que el tren se descarrila en serio y un acto de abuso físico sexual acaba por convertirse en un hilo conductor que cuesta digerir.
Escenas impactantes, momentos para saltar de la butaca, sospechosos por doquier y un humor ácido que te hace sentir culpable de todo cargo, logran que ELLE sea ese film distinto a todo, digno de cientos de análisis necesarios para desenmascarar un guión que profundiza en el costado de la naturaleza humana que odiamos, pero que no podemos evitar.
Inicialmente, el film iba a ser realizado en Estados Unidos, y las actrices consideradas para el papel eran: Nicole Kidman, Sharon Stone, Julianne Moore, Diane Lane, Marion Cotillard, Carice van Houten y Jennifer Jason Leigh, sin embargo, todas ellas declinaron el ofrecimiento. El director debió aprender a hablar francés fluido para comunicarse de manera acorde con el cast y el crew que trabajó, pues su idioma original es el holandés y era la primera vez que rodaba en Francia. Elle es una película diferente y muy bien construida; es aire fresco entre tanto cine norteamericano que consumimos y que generalmente no le llega ni a los talones a un relato de estas características.