La primera escena de Elle genera un enorme impacto mientras vemos como la protagonista es violada brutalmente por un hombre enmascarado.
Cuando el criminal se retira del lugar, ella no se inmuta. No llora ni acude a la policía, limpia los destrozos de la casa y luego continúa con la rutina tradicional de su vida.
En esos primeros cinco minutos de la historia el espectador tiene claro que esta película es una obra de Paul Verhoeven, uno de los directores más provocadores de las últimas décadas.
El cine de Verhoeven siempre tuvo esos elementos subversivos que generan polémicas y expresan ideas controversiales y su nueva producción no es la excepción.
Desde la introducción del personaje principal el cineasta logra cautivarnos con su relato.
¿Quién es realmente Elle?
¿Por qué reacciona de esa manera ante una violación?
Las respuestas a esas incógnitas se responden a medida que se desarrolla el conflicto, que con el paso del tiempo se convierte en una propuesta completamente desquiciada.
Elle es una película que te desconcierta durante todo su visionado por la locura que tienen los personajes y la fusión de géneros que trabaja el director.
Gran parte del film se encamina por el terreno del thriller pero también es un retorcido drama psicológico e incluye un humor negro que no es fácil de digerir para todo el mundo.
Creo que quienes en el pasado disfrutaron los clásicos del director como Robocop, Starship Troopers o el Vengador del futuro, más allá de los efectos especiales y las secuencias de acción en Elle encontrarán al Verhoeven provocador que se extrañaba en el cine.
El artista originalmente concibió este proyecto como su gran regreso a Hollywood pero ninguna compañía norteamericana se animó a financiar el film por la temática que abordaba.
Inclusive actrices famosas como Nicole Kidman, Charlize Theron, Sharon Stone y Julianne Moore, entre otras, rechazaron el papel principal que este año le valió una nominación al Oscar a Isabelle Huppert.
Por esa razón Verhoeven terminó filmando la película en Francia pese a que no habla el idioma de ese país.
Elle es una producción que puede resultar ofensiva para ciertos espectadores por el modo en que se trabaja la compleja sexualidad humana.
Sin embargo, más allá de los personajes retorcidos y las situaciones horribles en las que terminan involucrados, también es la historia de una mujer que se aferra a las zonas más oscuras de su alma para poder retomar el control de su vida.
Isabelle Huppert ya se había destacado hace un tiempo en otro personaje complejo, como el que interpretó en La profesora de piano, de Michael Haneke, pero en esta labor sobresale por la humanidad que le dio a Elle.
Un aspecto clave su interpretación que nos permite entender mejor el lugar del que provienen sus acciones.
Elle es una película transgresora que se anima a trabajar el humor con situaciones delicadas y desafía al espectador a pensar un conflicto perturbador.
No es una propuesta para todo el mundo, pero los seguidores de Paul Verhoven la van a disfrutar porque representa el gran regreso del director holandés.