El thriller como detonante para un estudio de personaje.
Paul Verhoeven es un director al cual se lo asocia con escenas de sexo y violencia al extremo. No obstante, me veo obligado a aclarar que no es lo mismo cuando el director sortea esos temas en Hollywood (con claras marcaciones genéricas que van de la ciencia ficción al film noir) que cuando lo hace en Europa (un marco dramático más cercano a lo intimista). Elle se adscribe en el segundo grupo, a tal punto que toma a los mencionados temas como puntos de partida para una narración introspectiva.
Algunas cosas perturbadoras que sé de ella
elleMichele Leblanc es una exitosa ejecutiva que trabaja para una firma de desarrollo de video juegos. Un día, un asaltante irrumpe en su casa y la viola. Si bien extrañamente no reporta el incidente a la policía, ella da inicio a una pesquisa personal suya por averiguar la identidad del atacante, que termina por revelar el lado oscuro de su propia personalidad.
Aunque no descuida el objetivo principal y contesta las preguntas que plantea, el guión de Elle hace mucho más énfasis en desarrollar la psicología y la manera de actuar de la protagonista. La historia con su padre, la relación con sus hijos, su comportamiento en lo sexual, etc. Como si el thriller fuera una excusa, un simple punto de partida para desarrollar todas las aristas posibles que tiene para ofrecer un personaje.
No obstante, cabe aclarar que la narración no pierde oportunidad de arrojar alguna que otra chispa de humor negro para alivianar los momentos de tensión. El tono Verhoevenesco de la película más que entregar iguales dosis de sexo y violencia, tiene la balanza más inclinada hacia lo primero que a lo segundo; muchas veces de una forma muy explícita.
La gran labor de Isabelle Huppert se destaca no tanto por cómo le pone el cuerpo al personaje, sino por el enorme nivel de desprejuicio que le insufla al mismo. El suyo es un personaje complejo, multidimensional, gris, y para nada tribunero. Sólo con una actriz de su capacidad la película iba a salir delante de semejante desafío; porque es una labor que exige mucho desde lo psicológico y desde lo emocional.
Por el costado de lo técnico, hay una sobria fotografía y diseño de producción, inclinada hacia una paleta de colores fríos, mientras que los lauros se los lleva el montaje, por conseguir que los flashbacks sean más orgánicos que obvios; como que te confunde (en el buen sentido) entre el pasado y el presente.
Conclusión:
Elle es un producto Verhoeven puro y duro; pero en una tradición más europea (la de sus primeras películas) que Hollywoodense (sus obras más reconocidas). Aunque el ejercicio de personaje en el que se inscribe la película pueda resultar un poco divagante para un público general, llega a buen puerto a manos de una interpretación sólida de su actriz protagonista.