Elles

Crítica de Rodolfo Weisskirch - A Sala Llena

¿Lo que ellas quieren?

No es fácil entrar en la cabeza de las mujeres, especialmente cuando se trata de sexo y romance. Son dificiles de entender. Por eso, la directora polaca Malgorzata Szumowska, pretende investigar el universo sexual de tres mujeres. La protagonista, Anne (Binoche) es una periodista de la revista “Elle” que está entrevistando a “damas de compañía”, dos jóvenes mujeres de diversos orígenes: Alicja (Kulig) es una muchacha que se escapó de Polonia y empezó a prostituirse para pagar su estadía en Francia. Por otro lado, Charlotte es un joven universitaria del campo, que mantiene sus estudios de la misma manera. Ambas prefieren mantenerse en el anonimato, pero ser abiertas y francas con Anne, que no las juzga, sino todo lo contrario empieza a sentir empatía por ellas, casi a envidiar su vida libertina.

Szumowska narra simultáneamente la vida sexual de las tres mujeres protagonistas como si fueran viñetas independientes. Cada una, cuenta sus aventuras a la pobre Anne, que debe conformarse con una rutinaria e insatisfactoria vida familiar, sirviendo a su marido y a sus hijos, uno infante, otro adolescente. Trabajar y ser ama de casa contrasta con la bon vivant y el espíritu liberal que ve en Alicja y Charlotte.

En la primera hora de película, la directora muestra episodios como si narrara fantasías eróticas estilirizadas, cuidando la fotografía y los encuadres, realentando los tiempos, seduciendo fragmentando los cuerpos, pero sin un hilo narrativo sólido que justifique el empalme de las escenas. Es bastante azaroso el criterio para montar, y tomando en consideración que esto sigue así durante más de la mitad del film, cuesta seguir el ritmo. Se comprende, que la lentitud con que avanzan las narraciones, forma parte de la estética, pero no hay una evolución, no hay avance. Es pura monotonía y pretensión estética.

Esta caja china, donde un relato evoca otro no termina por convencer hasta la media hora final, en que nos enteramos que todo sucede para explicar la insatisfacción de Anne frente a la vida que le tocó y la falta de atención que le pone el marido.

A partir de este momento, ella y los demás personajes empiezan a tener un poco más de alma, y dejan de ser solo cuerpos. Empezamos a conocer un poco más de ellas, pero no lo suficiente para lograr empatizar con el film, que sigue siendo pesado y repetitivo. Descubrir que la vida de los personajes no es un lecho de rosas adquiere cierto interés, conocer sus miedos, humillaciones, la forma en que el sexo se vuelve un arma de doble filo; pero la provocación de las escenas eróticas y el tema se termina en la adecuada utilización del recurso fuera de campo, que aporta un poco de sensualidad y sutileza a una obra impunemente gráfica, y la suficiente información para no caer en lo chabacano.

Si en lo visual e interpretativo se puede decir que Szumowska da en el clavo, es en el plano narración, donde no logra ni conmover ni convencer. El drama de Anne no se profundiza demasiado, adquiere un tono banal. Quizás fue la intención de la directora generar una sátira social. Aún así, ¿cuántas películas vimos donde se critica a la burguesía a través del rol de mujeres insatisfechas? Muchas, con menos pretensiones y más divertidas. Solo hace falta volver a ver La Ceremonia, La Flor del Mal o cualquier otra obra maestra de Chabrol, que no solo criticaba a la burguesía, exhibiendo sus miserias en la vida conyugal, sino además le agregaba algún misterio, alguna muerte para enganchar al espectador desde la primer escena hasta la última, sin necesidad de adquirir un tono pretencioso, solemne y melodramático como lo hace Szumowska en Elles.

Irónicamente, las ideas más interesantes empiezan a aparecer en los minutos finales del film. Tampoco son escenas que brillan de creatividad, pero aportan, al menos un poco de ironía, a un film falto de humor. Juliette Binoche sigue siendo sensual y creible en todo momento. Su sencillez eleva un poco la calidad de esta obra mediocre. También es cierto que si todo la película, hubiese sido meramente el relato de Alicja y Charlotte, respetando hasta el último momento la asimetría temporal, al menos hablaríamos de un film más vanguardista y arriesgado, pero la directora decidió en la última media hora seguir una linealidad temporal, que por un lado es necesaria para anclar un poco las imágenes y darle sentido al “relato”, pero por otro le quita cierta rebeldía a la hora de narrar el cuento clásico, que la convertiría al menos en un propuesta más trascendental. Y si bien, yo prefiero que haya elegido el anclaje, también admito que esta indecisión le juega completamente en contra con todo lo visto previamente.

Así, Elles es un film falsamente provocador, que se queda en el camino medio entre una obra que podría haber roto un poco el conservadurismo de la cartelera comercial, con otro más convencional, y terminan diciendo algo que ya se ha expresado demasiadas veces en el cine contemporáneo.

En cambio, si de repente se hubiese abierto un placard y caía de la nada un cadáver… bueno, al menos tendríamos el espíritu de Claude Chabrol revoloteando como ave de rapiña por encima de las cabezas burguesas.