El aburrimiento sexual de la burguesía
Con una película de narración accidentada, la directora polaca Malgorzata Szumowska, se introduce en el mundo de la prostitución que ejercen chicas jóvenes en París para solventar sus estudios universitarios.
El personaje central es Anne, muy bien interpretado por Juliette Binoche, una periodista de la revista "Elle" que encara una investigación sobre el tema y entrevista a dos jovencitas, una francesa y la otra polaca, que brindan estos servicios. Los clientes son señores de buena posición económica, y se contactan con ellas a través de avisos en Internet, por lo que no se aprecia una situación de marginalidad. Lo que ellas le cuentan de sus trabajos, y el impacto de este en sus vidas, es lo que se refleja en el film, pero en el orden en que va afectando a Anne, a medida que desgraba las entrevistas.
Y es que si bien en un primer acercamiento se puede interpretar -y de hecho algo hay- como una denuncia al machismo burgués, y su utilización de estas chicas para satisfacer las fantasías pendientes, en realidad lo que se termina viendo es la profunda insatisfacción que vive Anne, perteneciente a la misma clase social que esos clientes. Casada, profesional exitosa, madre de dos varones -un adolescente que es el único capaz de reaccionar frente a los defectos familiares, y otro más chico que no le hace caso nunca- su vida sexual está suspendida en un limbo del cual la sacan los testimonios sobre las prácticas y demandas de esos hombres, que podrían ser iguales a su marido.
Uno de los problemas de la película es su narración intercalada, que en ciertos momentos puede resultar algo confusa. El filme comienza luego de que las entrevistas fueron realizadas, y lo dicho en ellas -ilustrado en escenas de sexo arriesgadas, claras por los planos elegidos, que no muestran más que lo estrictamente necesario para ilustrar los testimonios-, se va colando en la cotidianeidad de Anne permanentemente. El otro es que, al adentrarnos en las nuevas fantasías y deseos que surgen en la periodista, no queda lo suficientemente claro, o al menos no se expresa con solvencia, si se intentaba algún tipo de denuncia social.
Finalmente la película deja un sabor confuso que resulta de una propuesta endeble, sin una idea clara que la guíe.