Un vecindario se ve atacado por un brote de gripe fulminante, que no tardará en dejar cadáveres.
Las autoridades se ven forzadas a acordonar la zona y ponerla en cuarentena, dejando aisladas a multitud de familias.
Entre ellas están los Johansson, que deberán hacer todo lo posible para protegerse mientras, en el exterior, la situación se tensa hasta estallar en caos.