“Ellos vienen por ti”: un psicoanalista en apuros
Este dramático film de terror se divide en dos partes muy distintas. En la primera y más interesante, Adrien Brody es un psicólogo que recibe pacientes bastante extraños en su consultorio. Tan extraños que en un momento él piensa que se está volviendo loco y que sus pacientes son fantasmas que tratan de decirle algo. Para colmo, el protagonista ha perdido a su hija en un accidente un año antes, y su propio psiquiatra (un ominoso Sam Neill, que lamentablemente aparece menos de lo que uno querría) le dice que está inventando cosas, sobre todo porque se supone que esos pacientes se los derivo él.
La situación de pacientes extraños detona cuando aparece en el consultorio una adolescente que no puede hablar. El psicólogo entra en crisis y decide ir a su pueblo natal a dilucidar un gran secreto en su vida, relacionado con un error juvenil que condujo a un tremendo accidente ferroviario. Mientras la primera parte del film es original y rica en escenas adecuadamente horripilantes, la visita al pueblo se vuelve más convencional, convirtiendo lo que venia siendo un enigmático film de terror en un más previsible thriller o melodrama sobrenatural.
Brody es un buen actor, pero aquí abusa un poco de sus expresiones de persona sufrida a la que el pasado la condena. El resto del poco conocido elenco australiano no hace las cosas mal, y por otro lado la película está muy bien filmada y ofrece un desenlace a la altura de la primera par-
te, por lo que el resultado no deja de se recomendable, más allá de los reparos señalados.